Francisco de Paula (Paula, Reino de Nápoles, 27 de marzo de 1416 - +Tours, Francia, 2 de abril de 1507) fue un eremita italiano, y fundador de la Orden de los Mínimos.

Es uno de los más jóvenes fundadores de órdenes religiosas. A diferencia de otros fundadores de órdenes religiosas, nunca fue ordenado sacerdote.

A los trece años vistió el hábito franciscano, pero dos años más tarde desapareció.
Después de algunos años lo descubrió un cazador en un refugio, en las ásperas montañas cerca de Cosenza (Italia).

En 1435, dos jóvenes le pidieron ser discípulos suyos y él accedió. Para acomodarlos hizo construir un monasterio con tres celdas y una capilla. Fue entonces cuando Francisco fundó la Orden de los Mínimos o Ermitaños de san Francisco de Asís.
Además de los votos de pobreza, castidad y obediencia, los invitaba a la penitencia reduciendo su alimentación durante los 365 días del año a pan, pescado, agua y verduras; esto se convirtió en el "cuarto voto".
El número de discípulos creció y, hacia 1454, con el permiso del arzobispo de Cosenza, Francisco construyó un monasterio con una iglesia. Su construcción generó una gran devoción de muchas personas, que aumentó por los muchos milagros que obraba entre los que rezaban con peticiones.
Por la gran afluencia de devotos, el monasterio tuvo que ser ampliado entre 1469 y 1474.​

Sixto IV, en la bula Sedes apostolica del 17 de mayo de 1474, reconoció a la Congregación de Ermitaños de San Francisco de Asís en el Territorio de Padua, reconociéndola los mismos derechos que a los frailes mendicantes. El documento les facultaba para escribir una regla para su comunidad y para asumir el título de Ermitaños de San Francisco. Esta regla fue aprobada formalmente por Alejandro VI, quien, sin embargo, cambió su título por el de Mínimos.

Con la fundación de conventos, la orden pasó de ser una orden eremítica (vida en soledad) a cenobítica (vida en común).

En los años siguientes, Francisco fundó nuevas comunidades por toda Italia. También se fundaron otros monasterios de la Orden en Francia, España, y Alemania.

Francisco también predicaba sobre la conversión.
También se le atribuyen muchas sanaciones de enfermos, e incluso la resurrección de personas consideradas muertas.​

Falleció el 2 de abril de 1507, en Viernes Santo, a la longeva edad de 91 años.
Recibió sepultura en el convento mínimo de Montils, en Francia.
En 1592, los hugonotes (protestantes franceses de doctrina calvinista) saquearon su sepulcro, encontrando el cuerpo del santo incorrupto. Lo sacaron fuera, lo quemaron y esparcieron sus huesos.
Sus huesos fueron recuperados por los católicos, que los distribuyeron como reliquias entre varias iglesias de la Orden.


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