II. LA TENTACIÓN Y EL PECADO

CUESTIÓN 17: ¿POR QUÉ PECAMOS?

La tentación es esa situación en que la voluntad tiene que elegir entre dos opciones, y sabe que una opción es buena y otra mala, pero que siempre se siente atraído por la mala.El error de caer en la tentación no es un error de inteligencia, no es un problema de debilidad de la razón, porque si no supiera que esa opción es la mala, pecaría por ignorancia o por error, y por lo tanto no pecaría.Para pecar, hay que saber que uno está escogiendo la opción mala; no hay pecado sin mala conciencia.Eso es lo que hace tan interesante el pecado desde el punto de vista intelectual: ¿por qué escogemos el mal sabiendo que es el mal? Es un verdadero misterio.

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CUESTIÓN 18: ¿CUANTAS TENTACIONES PROCEDEN DEL DEMONIO?

No hay nadie que pueda decir cuantas tentaciones proceden del demonio y cuantas de nuestro interior; pero parece razonable pensar que la mayor parte de las tentaciones proceden de nosotros mismos.No necesitamos a nadie para ser tentados; basta la libertad para poder usarla mal; basta tener que tomar una decisión en una elección para optar conscientemente por la decisión errónea y sin poder echarle la culpa a nadie, más que a nosotros mismos.

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CUESTIÓN 20: ¿POR QUÉ EL DIABLO TENTÓ A JESÚS?

El Diablo sabía que Jesús era Dios; sabía, por lo tanto, que era imposible que pecara.¿Por qué le tentó entonces?Es más, sabía que cualquier tentación al resistirla le santificaría más como hombre y que, por lo tanto, el demonio, al tentarle, sin quererlo, en realidad se convertiría en instrumento de santificación de Jesús.

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CUESTIÓN 21: ¿SABE EL DEMONIO QUE DIOS ES IMPECABLE?

Lo sabe perfectamente, tan bien como el mejor de los teólogos; no tiene la menor duda de ello.No obstante, cuando el demonio tentó a Dios hecho hombre, se trató de convencer a sí mismo de que, quizá, Dios no era tan bueno como creía; que quizá fuese débil; que quizá había algún “talón de Aquiles” en la Divinidad que el demonio desconocía.Si lograba hacer caer en algo a la Perfección, la Perfección se desmoronaría.

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CUESTIÓN 22: ¿SE PUEDE LLEGAR A DISTINGUIR LAS TENTACIONES QUE PROCEDEN DE NOSOTROS MISMOS DE LAS DEL DEMONIO?

Las tentaciones que provienen del demonio no se distinguen en nada de nuestros propios pensamientos, ya que el demonio tienta infundiendo en nosotros especies inteligibles; es decir, introduce en nuestra inteligencia, memoria e imaginación objetos apropiados a nuestro entendimiento que en nada se distinguen de nuestros pensamientos.Una especie inteligible es justamente eso: lo que hay en nuestro pensamiento cuando ejercitamos la acción de pensar.Las producimos nosotros en el interior de nuestro espíritu racional, pero un ángel también puede producirlas y comunicárnoslas silenciosamente.

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CUESTIÓN 23: ¿QUÉ HACER ANTE LA TENTACIÓN?

Rechazarla al momento.La tentación nada puede hacernos si la rechazamos, si no dialogamos con ella es inocua.Porque desde el momento en que dialogamos con ella, en que ponderamos los pros y los contras de lo que nos dice, em que tomamos en consideración lo que nos propone, desde es mismo instante nuestra fortaleza se resquebraja, nuestra oposición se debilita.Una vez iniciado el diálogo necesitaremos mucha mas fuerza de voluntad para rechazarla.

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CUESTIÓN 24: ¿PUEDE TENER EL DEMONIO ALGUNA TÁCTICA AL TENTARNOS?

El demonio es un ser inteligente, no es una fuerza o una energía. Por lo tanto, hay que entender que la tentación intenta ser un diálogo entre la persona que resiste y el tentador.Solo si la persona se resiste a considerar la tentación, entonces la tentación es simplemente insistencia por parte del demonio, pero sin respuesta nuestra.

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CUESTIÓN 27: ¿QUÉ ES LA MUERTE ETERNA?

Un espíritu (como un alma) es indestructible, no sufre rozamiento, no sufre desgaste, no puede ser dividida. El espíritu no puede morir; cometa los pecados que cometa, seguirá existiendo, por más que quiera morir la vida no huirá de ella.Lo que queremos decir con expresiones como “pecado mortal”, “muerte eterna” y otras similares, es que la vida sobrenatural de un alma o un espíritu sí que puede morir.El pecado mortal acaba con la vida sobrenatural.El espíritu sigue existiendo, pero con una vida meramente natural. La voluntad y la inteligencia, con todas sus potencias, siguen operando, pero ya no hay vida de la gracia. El espíritu, en cuanto a la gracia, está como un cadáver.Esta expresión puede parecer exagerada, pero es exacta.El espíritu que peca mortalmente es como un cadáver inanimado, por la gracia santificante. Desde ese momento solo vive para la naturaleza y por su naturaleza; su espíritu está desprovisto de toda sobre-naturaleza.

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