CUESTIÓN 29: ¿QUÉ DIFERENCIA HAY ENTRE NATURAL, PRETERNATURAL Y SOBRENATURAL?
Estos tres términos suelen ser usados de forma bastante errónea en sermones. Sin embargo, el significado de cada uno de estos términos es preciso e inequívoco.
Estos tres términos suelen ser usados de forma bastante errónea en sermones. Sin embargo, el significado de cada uno de estos términos es preciso e inequívoco.
Ya se ha dicho que cada demonio es libre de hacer más o menos mal contra los hombres, por lo tanto, parece lógico que eso conlleve algún tipo de castigo suplementario.
La gente suele pensar que los pactos con el demonio solo existen en la literatura.Están equivocados.Hay personas que, conscientemente, pactan con el Diablo y le entregan el alma con tal de conseguir algo en esta vida.
Si el demonio puede tentar, también podría hacerlo de forma continua, intensa, sin descanso, y trata de provocar por tanto una obsesión o una fobia o una depresión u otras enfermedades.Si hemos dicho que puede transmitir especies inteligibles, podría transmitirlas con tal frecuencia que perturbara seriamente la vida ordinaria de la persona, hasta tal punto de desequilibrarla.Por poder hacerlo, lo puede hacer. Pero Dios impide su libre actuación sobre nosotros; toda acción del demonio sobre los hombres debe ser permitida por Dios.
Hay que dejar bien claro que las enfermedades aparecen por causas naturales. Pensar que tienen su causa en el mundo de los espíritus sería como querer regresar a un estado precientífico donde la razón sería sustituida por el mito.
El tiempo es el mejor medio para discernir si algo es un problema psiquiátrico o es acción del demonio.Si una visión, locución o algo que parece extraordinario es una enfermedad mental, se desarrollará inevitablemente; las psicosis tienden a desarrollarse, no se quedan estancadas, y el tiempo acaba desarrollándolas de tal manera que todo acaba quedando claro.
Sí, aunque no hay manera de saber cuando una pesadilla tiene una causa natural y cuando demoníaca.Solo podemos sospechar que tienen un origen demoníaco cuando hay otros indicios en la vigilia que así lo indican.
Los demonios pueden tentarnos, pero no pueden leer nuestros pensamientos; aunque dada su gran inteligencia pueden conjeturar lo que pensamos.Al ser seres mas inteligentes que nosotros, deducen muchas más cosas y con más seguridad con muy pocos signos externos que lo que deduciríamos nosotros.Pero siempre hay que recordar que ellos están fuera de nuestra alma, solo Dios puede leerla. Aunque si uno mentalmente se dirige a un santo, ángel o demonio, nos escuchan.Por eso la oración da lo mismo que se haga tanto oral como mentalmente; por eso da lo mismo ordenar a un demonio que se marche mentalmente, que en voz alta.En distintos casos de posesión, he observado que el demonio obedece órdenes dadas mentalmente.
Si los demonios tuvieran mano libre para provocarlos, el mundo entero caería en el caos más irremediable. Los casos de poltergeist son una prueba de que un demonio puede suspender algo en el aire o mover un objeto; pero si pudiera a voluntad desplazar un tornillo de su sitio los aviones, los coches, los depósitos de combustible o de armas tendrían continuos accidentes. A veces, con solo desplazar un poco un cable podría provocar un cortocircuito y, por tanto, un incendio.El demonio mueve cosas en los poltergeist, pero después ya se ve que no puede mover un poco un cable o un tornillo. No puede provocar accidentes a voluntad. ¿Por qué? Porque Dios se lo impide.
“Llegaron pues Moisés y Aarón al Faraón e hicieron como había ordenado Yahveh, arrojando Aarón su cayado ante el Faraón y sus servidores y se convirtió en serpiente.Entonces, el Faraón llamó también a los sabios y magos, y también ellos, los adivinos de Egipto, hicieron lo mismo con sus sortilegios. Cada uno arrojó su cayado y se tornaron serpientes” (Éxodo 7, 10-12)
El mundo material se rige por leyes y casualidades materiales; pero a veces se nos pregunta si tal enfermedad, tal desastre, tal accidente, fue causado por el demonio. Para responder a esa pregunta se podría formular esta máxima:
Esta es una de las consultas que con mas frecuencia hacen a los sacerdotes la gente que, en algún momento de su vida, cree sufrir los efectos de algún tipo de magia.Lo primero de todo que habría que contestar es que, desde una perspectiva cristiana, hablar de buena o mala suerte es un modo superficial de considerar las cosas. Digo superficial, aunque habría que precisar que, teológicamente, es incorrecto. Lo que externamente aparece como mala suerte ha de ser considerado como una prueba; lo que externamente aparece como buena suerte hade ser considerado como una bendición.
Maleficio es aquella operación que se hace para dañar a otro con el concurso de los demonios.Hay maleficios para matar, para provocar posesión, para que le vayan a uno mal los negocios, para que alguien enferme, etc.Como ya se ha dicho, los maleficios tienen efecto sólo si Dios lo permite. Cuanto más ore uno, más protegido está contra todas estas influencias.
Mucha gente se pregunta si tiene efectividad el maleficio, al que algunos, inadecuadamente, lo llaman mal de ojo, aunque nada tiene que ver con la mirada ni el ojo.
Como ya se ha dicho, no es posible casi nunca llegar a la certeza en esta materia ni siquiera para el especialista, mucho menos para una persona particular sin granes conocimientos sobre el tema.Pero si un maleficio ha sido practicado, el único modo de destruirlo es hacer justo lo contrario.
Es aquella operación que se hace para obtener algo positivo con el concurso de los demonios.Si en el maleficio se busca dañar a alguien, en el hechizo se busca algo positivo, es decir: que alguien se enamore del que hace el hechizo, que vayan bien los negocios, que ascienda de puesto, etc.Como es lógico, el demonio no puede todo, solo tentar. De ahí que si puede influir algo será a través de la tentación.El hechizo no suele conseguir lo que se busca en él, y, sin embargo, suele provocar posesión o algún tipo de influencia siempre en el que lo hace o lo encarga, y a veces también en la víctima del hechizo.
No, da lo mismo usar vísceras de animales que pelos de la víctima; da lo mismo usar un muñeco de cera que marcar con tiza un pentáculo en el suelo poniendo velas. Es indiferente usar unos materiales u otros, unos conjuros u otros.Lo que realmente hace que eso tenga efecto es la invocación al demonio. El modo en el que se le invoque es indiferente.
La magia blanca es la que se practica para lograr el bien, y la magia negra es la que se practica para lograr el mal.Ambas magias son ineficaces. Y, si alguna vez tiene algún tipo de eficacia, es por intervención del demonio.Ninguna persona tiene poderes mágicos, es el demonio el que está detrás de ello, aunque estos mismos videntes, santeros, magos o brujos no lo sepan. Y ellos mismos, si invocan a este tipo de fuerzas, acaban estando posesos.
Indudablemente no.Y lo digo así de tajantemente por dos razones.Primera, los demonios no lo saben todo, sólo lo que pueden deducir, pero ellos no ven el futuro.Segunda, los demonios buscan nuestro mal, y aunque conozcan algún hecho futuro no nos van a ayudar revelándonoslo.
En principio, el demonio sólo interviene cuando se le invoca.Esas formas de adivinar el futuro en que no se invoca a fuerzas ocultas, ni a seres espirituales desconocidos, no son demoníacas. Son prácticas supersticiosas, pero no demoníacas; si bien los que practican tales supersticiones sentirán cada vez más la tentación de invocar tales fuerzas y seres desconocidos.
Las naturalezas angélicas tienen poder para infundir visiones y locuciones en cualquier mente humana.Ahora bien, dios para evitar el desbarajuste que en las almas produciría este tipo de actuaciones si se dieran con frecuencia, prácticamente nunca consiente que se den; solo lo permite en rarísimas ocasiones, y cuando la persona tiene medios para descubrir la verdad.Desde luego, si no fuera porque el altísimo contiene el poder del demonio, éste se aparecería continuamente como ángel o como un santo. Ha habido casos en que se ha aparecido, incluso, con la apariencia de Nuestro Señor Jesucristo.
Sí, el demonio puede provocar estigmas.Yo me resistí a creer tal cosa porque consideraba que los estigmas era un fenómeno de carácter esencialmente externo que suponían una especie de ratificación divina respecto del sujeto que los portaba.Es decir, otros fenómenos místicos son ocultos y son dados para bien de la persona que los posee, pero la estigmatización se da esencialmente para los demás; por eso son marcas externas.Por ejemplo, una locución o una visión profética sobre un hecho futuro son fenómenos que quedan en el interior de la persona, pero una estigmatización no. Y son, creía yo, una especie de confirmación divina de la santidad del que los porta.
Los demonios no tienen una forma visible determinada, su forma es inmaterial.Por lo tanto, si se manifiestan de forma visible, podrían adoptar cualquier forma que desearan.Cualquier forma, por bella que fuera, humana o angélica, entra dentro de la capacidad de su poder. Podrían aparecerse con la forma de un sacerdote conocido, de nuestro confesor, del Santo Padre. Como es lógico, tal situación crearía una inseguridad total, así que Dios no lo permite. Y Dios, mirando nuestro bien, no sólo no les permite este tipo de apariciones tan sumamente engañosas, sino que ni siquiera les permite aparecerse de cualquier manera, sólo en ciertos modos determinados, para que nos quede claro a nosotros el carácter maléfico del que se aparece.
Toda persona que busque a Dios con todo su corazón y dedique grandes esfuerzos a la oración y el ascetismo, antes o después penetrará en una fase conocida por todos los santos como la noche del espíritu. Es una fase de la evolución espiritual; pasarla es necesario para penetrar en la vida mística. Es imposible alcanzar ciertos niveles de amor a Dios sin sufrir esta purificación. Esta purificación se hace a través del sufrimiento aceptado con amor de dios y perseverancia.Esta noche consiste en una serie de tentaciones obsesivas de origen demoníaco.
Crea tu propia página web con Webador