
Alfonso María de Ligorio (Marianella, Nápoles, 27 de septiembre de 1696 - +Pagani, Reino de Nápoles, 1 de agosto de 1787) fue un sacerdote italiano, religioso, obispo, escritor y fundador de los Redentoristas.
Bautizado con los nombres de Alfonso María Antonio Juan Francisco Cosme Damián Miguel Ángel Gaspar de Ligorio, fue el primero de siete hermanos en el seno de una familia de la nobleza napolitana.
Siendo aún joven, ingresó en la Hermandad de la Nobleza y comenzó su formación académica aprendiendo español, francés, griego y latín. También inició estudios de geografía, literatura, matemáticas, gramática, música, arquitectura, pintura y arte.
Con tan sólo 12 años se matriculó en la Universidad de Nápoles en 1708; donde se doctoró en derecho civil y canónico cuatro años más tarde, y comenzó a ejercer como abogado a los 16 años. Como abogado tuvo varios éxitos. Sin embargo, decidió apartarse de la profesión cuando pensaba haber obtenido el triunfo de su cliente frente al duque de Toscana, y le hicieron firmar una declaración amañada en la que se establecía que se había equivocado; se retiró a su casa y se dedicó a rezar y a llorar.
Acto seguido, hizo un retiro en el convento de los Lazaristas, y se confirmó en la Cuaresma de 1722, lo que reavivó su fervor religioso.
El 28 de agosto de 1723, mientras visitaba a los enfermos del Hospital de Incurables, experimentó una llamada interior a renunciar a las posesiones materiales y seguir a Jesucristo que se repitió varias veces. Dejó el Hospital, renunció a su espada de caballero, e ingresó como novicio en el Oratorio con la intención de ordenarse sacerdote, a pesar de la oposición inicial de su padre, que finalmente le daría su permiso para hacerse sacerdote bajo la condición de seguir viviendo en su casa. El 23 de octubre recibió el hábito clerical, y continuó los estudios sacerdotales en su casa.
Recibió las órdenes menores en diciembre de 1724, y el subdiaconado en septiembre de 1725. Fue ordenado diácono el 6 de abril de 1726, y poco después pronunció su primer sermón. El 21 de diciembre de 1726, a la edad de treinta años, fue ordenado al fin sacerdote.
Su fama como predicador se extendió rápidamente en Nápoles, y durante seis años se dedicó a evangelizar la ciudad y su región. Atento a las necesidades de la gente sin hogar y la juventud marginada, fundaría las llamadas «Capillas del atardecer», organizadas por los propios jóvenes, siendo lugares de oración, comunidad y escucha de las Sagradas Escrituras, y donde también se prodigaban actividades sociales y formativas. El número de estas capillas alcanzó, durante su vida, las 72, con más de 10 000 miembros.
Su forma de predicar, sencilla y directa, tuvo una fuerte influencia moral y espiritual.
El 9 de noviembre de 1732 fundó la «Congregación del Santísimo Redentor», orden conocida hoy como Redentoristas, destinada a evangelizar a las personas analfabetas, y que comenzó a funcionar en un pequeño hospicio perteneciente a las monjas de Scala.
Aunque Alfonso era el fundador y de hecho la cabeza de la Congregación, en un principio la dirección general fue asumida por el obispo de Castellammare di Stabia. Fallecido éste el 20 de abril de 1743, Alfonso sería elegido formalmente como Superior-General.
En 1749, Benedicto XIV aprobó la Congregación y su Regla.
Durante todos esos años, Alfonso le imprimió a su trabajo un carácter eminentemente misionero, dedicando gran parte de cada año a atravesar el reino de Nápoles, llegando incluso a los pueblos más pequeños.
Alfonso María de Ligorio fue nombrado obispo de la diócesis de Agatha dei Goti en 1762; nombramiento que le aterraba y del que quiso renunciar de inmediato, pero el Pontífice no aceptó la renuncia. Ejerció su ministerio episcopal entre 1762 y 1775.
Fue un innovador en sus esfuerzos por reformar la administración de la diócesis y elevar la calidad y el entrenamiento del clero.
En el tiempo que permaneció en Agatha dei Goti se produjo en él una enfermedad que desembocó en una artrosis cervical progresiva. En 1775, como consecuencia de su salud cada vez más débil que iba deformando su cuerpo, Pío VI hizo caso a sus insistentes ruegos y le permitió volver y recluirse en la casa redentorista de Pagani.
Sus últimos doce años fueron años repletos de sufrimientos físicos, tormentos espirituales, y esfuerzos agotadores por ganar reconocimiento para la congregación; además de la existencia de amargas disputas dentro de ella.
Prácticamente ciego, e incapacitado para dirigir personalmente la Congregación, fue expulsado de ella; orden que él mismo había fundado, como consecuencia de no haber leído un documento de vital importancia antes de firmarlo. Es más, se vio alejado de su propia congregación por una decisión equivocada de Pío VI en 1780. Aún con todo ello, Alfonso no levantó jamás su voz contra la autoridad de Roma.
Murió a la hora del Angelus el 1 de agosto de 1787, cuando tenía más de 90 años.
Poco después de su muerte cesaron las divisiones en su congregación y se reconocieron los errores cometidos contra él. Los redentoristas obtuvieron el reconocimiento pleno y se expandieron por Europa y América del Norte. en la actualidad su presencia está en 78 países del mundo.
Fue canonizado en 1839, y proclamado Doctor de la Iglesia en 1871.
Escribió más de 111 obras, entre las cuales cabe destacar el Tratado de Teología moral, y Las glorias de María, uno de los más famosos libros sobre Mariología.
Añadir comentario
Comentarios