Juan Bosco, de nombre Giovanni Melchiorre Bosco y más conocido como don Bosco (I Becchi, Italia, 16 de agosto de 1815 - +Turín, Italia, 31 de enero de 1888), fue un sacerdote, educador y escritor italiano del siglo XIX.

Su pasión era la educación de los jóvenes, los más pobres y abandonados. Reunió un grupito que llevaba a jugar, a rezar y a menudo a comer con él.
La incómoda y rumorosa compañía de Don Bosco (así se le llamaba y se lo llama él familiarmente) tenía que estar cambiando de lugar continuamente, hasta que por fin encontró un lugar fijo bajo un cobertizo, que fue la primera célula del Oratorio de San Francisco de Sales.
Con la ayuda de su madre, sin medios materiales y entre la persistente hostilidad de muchas personas, Juan dio vida al Oratorio: un lugar de encuentro dominical para los jóvenes, una pensión con escuelas de arte y oficios para los jóvenes trabajadores, y escuelas regulares para los estudios humanísticos, según un método de pedagogía que sería conocido mundialmente como “método preventivo” y basado en la religión, la razón y el amor.
Para asegurar la continuidad de su obra, Juan fundó la Pía Sociedad de San Francisco de Sales (Salesianos) y las Hijas de María Auxiliadora (Salesianas).

Fecundo escritor popular, fundó escuelas tipográficas, revistas y editoriales para el incremento de la prensa católica.

Aunque ajeno a las luchas políticas, prestó su servicio como intermediario entre la Santa Sede, el gobierno italiano y la casa Saboya.

Fue un santo risueño y amable, se sentía “sacerdote en la casa del pobre; sacerdote en el palacio del Rey y de los Ministros”.
Buen polemista contra la secta de los Valdeses, nunca se avergonzó de su amistad con protestantes y hebreos de buena voluntad:
“Condenamos los errores, pero respetamos siempre a las personas”.

Falleció en Turín (Italia), el 31 de Enero del año 1888. Sus restos reposan en la Basílica de María Auxiliadora, en Turín. Templo que él mismo mandó construir, tras una aparición de la Santísima Virgen, en el que le pedía que la invocara con el título de "Auxiliadora".

Fue beatificado el 2 de junio de 1929, por Pío, y beatificado el 1 de abril de 1934, también por Pío XI.

Se le considera el patrón del cine, magos, ilusionistas, escuelas artesanales, de la imprenta, y de la juventud.


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