
Águeda de Catania, o Santa Ágata de Sicilia, o Santa Gadea (Catania, 229/235 – +Catania, 5 de febrero de 251), una joven cristiana italiana que vivió en el siglo III, y fue martirizada durante las persecuciones del emperador Decio.
Durante la persecución de Decio a los cristianos, el senador Quintianus intentó poseerla aprovechando dicha persecución. Al ser rechazado por la joven que ya se había comprometido con Jesucristo, Quintianus intentó con ayuda de una mala mujer, Afrodisia, convencer a la joven Águeda, pero esta no cedió.
El Senador, en venganza, la envió a un prostíbulo, donde milagrosamente conservó su virginidad. Aún más enfurecido, ordenó que torturaran a la joven y la cortaran los senos.
La respuesta de Águeda fue:
"Cruel tirano, ¿no te da vergüenza torturar en una mujer el mismo seno con el que de niño te alimentaste?"
Aunque en una visión vio a San Pedro y este curó sus heridas, siguió siendo torturada y arrojada sobre carbones al rojo vivo en la ciudad de Catania, Sicilia.
Se dice que, antes de expirar, lanzó un gran grito de alegría, dando gracias a Dios.
Según cuenta la tradición, el volcán Etna hizo erupción un año después de la muerte de la santa en el 252 y los pobladores de Catania pidieron su intervención logrando detener la lava a las puertas de la ciudad. Desde entonces, es la patrona de Catania, de toda Sicilia, y de los alrededores del volcán; y se la invoca para prevenir los daños del fuego, rayos y volcanes.
Para el año 313 se quiso trasladar su cuerpo; al exhumarlo vieron con sorpresa, que su cuerpo se encontraba incorrupto, el cual fue trasladado solemnemente a un templo conocido actualmente como Sant’ Agata la Vetere, hasta que en 1040 se la envió, tanto su cuerpo como el de Santa Lucía, a Constantinopla como regalo al emperador.
Ahí permanecieron por 86 años, hasta que el 17 de agosto de 1126 el cuerpo volvió a Catania, promovido por dos soldados de la guardia bizantina, llamados Gisliberto y Goselmo, para ser instaladas en la nueva Catedral, construida por mandato del conde Ruggero en el año 1094, y donde son custodiadas hasta el día de hoy en 9 relicarios diferentes.
También se recurre a ella con enfermedades relacionadas con los pechos, partos difíciles y problemas de la lactancia.
En general se la considera protectora de las mujeres. También es la patrona de las enfermeras.
Águeda es una de varias vírgenes mártires que son conmemoradas por su nombre en el Canon de la Misa.
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