Jerónimo Emiliani

Jerónimo Emiliani, o Girolamo Emiliani (Venecia, 1486 - +Somasca, 1537), fue un religioso veneciano, y el​ fundador de la Orden de los Clérigos Regulares de Somasca.

Se sabe muy poco de los primeros años de vida de Jerónimo.
Nacido en el seno de una noble familia veneciana, como todos los hijos de familias importantes siguió la carrera militar.
En 1511 cayó prisionero en Castelnuovo mientras luchaba contra la Liga de Cambrai. Durante su cautiverio, se dedicó a meditar sobre lo efímero del poder mundano, como le sucedió diez años después a San Ignacio de Loyola.
Inesperadamente fue liberado un mes después, momento en el que sintió viva la vocación de dedicarse al servicio de los pobres, los enfermos, los jóvenes abandonados, y las mujeres “arrepentidas”.
Después de un corto noviciado como penitente con Giampietro Carafa, el futuro Pablo IV, Jerónimo fue ordenado sacerdote en 1518.

Diez años después hubo una carestía tremenda en toda la región, pasando después a una epidemia de peste. Jerónimo vendió todo lo que tenía, incluso los muebles de casa, y se dedicó a la asistencia de los infectados.
Había que enterrar a los muertos, pero también había que pensar en los vivos, sobre todo en los niños que habían perdido a sus padres, y en las mujeres que se dedicaban a la prostitución. Verona, Brescia, Como, Bergamo fueron el campo de su acción.
Fue entonces cuando en Somasca fundó la Orden de Clérigos Regulares, destinada a ayudar a los niños huérfanos y a los pobres.

Mientras asistía a los enfermos de peste en Somasca, fue atacado por la misma peste y murió entre sus hijos predilectos: los pobres y los enfermos, a quienes había dedicado todos sus esfuerzos.

Fue beatificado el 23 de abril de 1747, por Benedicto XIV, y canonizado el 12 de octubre de 1767 por Clemente XIII.

En 1928, Pío XI lo nombró Patrono de los huérfanos y de la juventud abandonada.

Antes de la reforma del calendario, su fiesta se celebraba el 20 de julio.


Josefina Bakhita

Josefina Bakhita, o Giuseppina Bakhita le Baka (1869, Darfur, Sudán - +8 de febrero de 1947 Schio, Italia) fue una religiosa sudanesa nacionalizada italiana. 

Vivió su infancia con sus padres, tres hermanos y dos hermanas, una de ellas su gemela.
Su vida fue profundamente marcada cuando unos esclavistas llegaron a Olgossa y capturaron a su hermana.
Tambien la terminarirían capturando a ella. Fueron esos hombres quienes le pusieron el nombre de Bakhita. La llevaron a El Obeid (Sudán), donde fue vendida como esclava a cinco distintos amos. Su cuarto amo fue el peor en sus humillaciones y torturas: cuando tenía unos 13 años fue tatuada, le realizaron 114 incisiones y, para evitar infecciones, le colocaron sal durante un mes. Ella cuenta en su biografía:
"Sentía que iba a morir en cualquier momento, en especial cuando me colocaban la sal".
Su quinto amo fue un comerciante italiano Calixto Leganini, que compró a Bakhita en 1882. Ella escribe:
"Esta vez fui realmente afortunada porque el nuevo patrón era un hombre bueno y me gustaba. No fui maltratada ni humillada, algo que me parecía completamente irreal, pudiendo llegar incluso a sentirme en paz y tranquilidad".
En 1884, Leganini se vio obligado a regresar a Italia; Bakhita quiso seguir con su amo cuando este se fue a Italia. La esposa de Michieli, que los esperaba en Italia, quiso quedarse con uno de los esclavos que traían, por lo que se le dió a Bakhita. Con su nueva familia, Bakhita trabajo de niñera y se hizo amiga de Minnina, hija de los Michieli.
En 1888 la familia Michieli compró un hotel en el puerto sudanés de Suakin donde se trasladaron, pero Bakhita decidió quedarse en Italia. Junto a la hija de los Michieli, Minnina, ingresaron al noviciado del Instituto de las Hermanas de la Caridad en Venecia, conocidas como con las Hermanas de Canossa. Fue allí donde conoció verdaderamente a Cristo. Recibió al mismo tiempo el bautismo, la primera comunión y la confirmación, el 9 de enero de 1890, por manos del Cardenal de Venecia, tomando el nombre cristiano de Josefina Margarita Afortunada.

La Señora de Michieli volvió de Sudán para llevarse a su hija y a Bakhita, pero ésta, con gran valentía, se negó a ir y prefirió quedarse con las Hermanas de Canossa; su decisión pudo prevalecer porque la esclavitud era ilegal en Italia.
El 7 de diciembre de 1893, a los 38 años de edad profesó en la vida religiosa.
Bakhita fue trasladada a Venecia en 1902, donde trabajó limpiando, cocinando y cuidando a los más pobres.
Siempre fue modesta y humilde, mantuvo una fe firme en su interior y cumplió siempre sus obligaciones diarias.
Un año antes de publicar su autobiografía en 1930, se le ordena ir a Venecia a contar la historia de su vida. Tras la publicación de sus memorias, viajó por toda Italia dando conferencias y recogiendo fondos para su congregación.
Aunque su salud se fue debilitando en sus últimos años y quedó postrada en una silla de ruedas, no dejó de viajar.

Falleció el 8 de febrero de 1947 en Schio, siendo sus últimas palabras: "Madonna! Madonna!".
Fue velada por tres días por miles de personas, durante los cuales sus articulaciones aún permanecían calientes, y las madres cogían su mano para colocarla sobre la cabeza de los fieles.
Sus restos incorruptos fueron sepultados bajo el altar de la la iglesia del convento de Schio, en Italia.

Fue beatificada el 17 de mayo de 1992, y canonizada el 1 de octubre de 2000, ambas por San Juan Pablo II.


Añadir comentario

Comentarios

Todavía no hay comentarios