
Benito de Nursia (Nursia, Umbría, 480 - +Montecasino, Lacio, 21 de marzo de 547) fue un monje italiano, y fundador de la orden de los benedictinos.
Según una tradición aceptada por Beda el Venerable, monje benedictino, Benito era hijo de un noble de la ciudad romana de Nursia, y su abuelo cónsul y capitán general de los romanos en la región de Nursia. Su madre también era de una noble familia de Nursia.
Según la misma tradición, tuvo una hermana melliza: Escolástica.
A la edad de 12 años, Benito fue enviado a Roma para estudiar junto a su hermana, pero se sintió decepcionado con la vida que encontró allí.
Después de haber recibido en Roma una adecuada formación, estudiando la retórica y la filosofía, se retiró de la ciudad a Enfide (la actual Affile), para dedicarse al estudio y practicar una vida de rigurosa disciplina ascética.
No satisfecho de esa relativa soledad, a los 20 años se fue al monte Subiaco, a vivir en una cueva por encima de la cual la montaña se eleva. Allí conoció a Román (Romano en italiano), un monje de un monasterio cercano que estaba dirigido por un abad llamado Adeodato, que vestido como un monje le señaló una cueva austera del monte Taleo (actualmente en el Monasterio de Santo Speco), donde Benito vivió como un ermitaño durante tres años hasta la Pascua del año 500.
Durante esos tres años de experiencia como ermitaño, tan solo roto por las comunicaciones ocasionales con el mundo exterior y por las visitas de Román, Benito maduró tanto de mente como de carácter, en conocimiento de sí mismo y de su prójimo, y al mismo tiempo se aseguró el respeto de los que le rodeaban; tanto que le llegó la noticia de la muerte del abad de un monasterio cercano en vicovaro, que la comunidad que le vino a visitar le rogó que se convirtiera en su prior.
No duró allí mucho ya que tras elegirle para el cargo, hacia los años 525-529 d. C. trataron de envenenarlo por la dura disciplina que les exigía.
Uno de sus milagros en esa época fue cuando un cura de la zona llamado Florencio, movido por la envidia, decidió envenenar su pan. Cuando Benito rezó una oración sobre el pan envenenado entró un cuervo y se lo llevó a donde no pudiera ser encontrado por nadie.
Al fallarle su plan de envenenar a Benito, Florencio intentó un nuevo plan que consistía en mandar algunas prostitutas para seducir a los monjes.
Tras estos sucesos, antes del año 530 Benito decidió abandonar el lugar y volver a Subiaco a modo de evitar más tentaciones. Desde entonces, sus milagros comienzan a ser más frecuentes y todo esto atrajo hacia él a muchas personas atraídas por sus santidad y carácter.
En Subiaco fue el lugar donde permaneció unos 30 años predicando "La Palabra del Señor".
En el año 530 se dirigió hacia una colina entre Roma y Nápoles donde fundaría el Monasterio de Monte Cassino, aceptando cada vez a más discípulos, creando trece monasterios cerca de Subiaco. En cada uno de ellos había doce monjes con su propio abad, y sobre todos ellos estaba Benito como guía espiritual.
En su nuevo monasterio, Benito compuso su regla continuando con el ejemplo de otras reglas anteriores como las de San Juan Casiano o la de San Basilio, pero también escogió de escritos de San Pablo, San Cesario así de la Regula Magistri de autor desconocido y los adaptó como base para la "Regla Benedictina" o "Regla de San Benito".
Se levantaba a las dos de la madrugada a rezar los salmos. Pasaba horas rezando y meditando.
Hacia también horas de trabajo manual, imitando a Jesucristo. Veía el trabajo como algo honroso.
Su dieta era vegetariana y ayunaba diariamente, sin comer nada hasta la tarde.
Recibía a muchos para dirección espiritual. Algunas veces acudía a los pueblos con sus monjes a predicar. Era famoso por su trato amable con todos.
Su gran amor y su fuerza fueron la Santa Cruz con la que hizo muchos milagros.
Fue también un poderoso exorcista; este don para someter a los espíritus malignos lo ejerció utilizando como sacramental la famosa "Cruz de San Benito".
San Benito predijo el día de su propia muerte, que ocurrió el 21 de marzo del 547, pocos días después de la muerte de su hermana, santa Escolástica. Aunque desde finales del siglo VIII muchos lugares comenzaron a celebrar su fiesta el 11 de julio.
Las reliquias de Benito se conservan en la cripta de la abadía de Fleury, cercana a Orleans y de Germigny-des-Prés, Francia.
También se encuentra un hueso del cráneo de San Benito en Monreal del Llano en Cuenca (España).
A Benito se le representa habitualmente con el libro de la Regla, una copa rota, y un cuervo con un trozo de pan en el pico, en memoria del pan envenenado que recibió Benito de un sacerdote de la región de Subiaco que le envidiaba, y que relatamos anteriormente.
Fue proclamado patrono de toda Europa por Pablo VI en 1964; título que más tarde compartió con san Cirilio y san Metodio, santa Catalina de Siena, santa Brígida de Suecia y santa Teresa Benedicta de la Cruz.
Es patrono de los ingenieros, arquitectos y espeleólogos.
Es además un símbolo indiscutido del monacato occidental.
la cruz de san benito

La medalla de San Benito es un sacramental reconocido por la Iglesia con gran poder de exorcismo. Como todo sacramental, su poder está no en si misma, sino en Cristo, quien lo otorga a la Iglesia y por la fervorosa disposición de quién usa la medalla.
En el frente de la medalla aparece San Benito con la Cruz en una mano y el libro de las Reglas en la otra mano, con la oración: "A la hora de nuestra muerte seamos protegidos por su presencia". (Oración de la Buena Muerte).
El reverso muestra la cruz de San Benito con las letras:
C.S.P.B.: "Santa Cruz del Padre Benito"
C.S.S.M.L. : "La santa Cruz sea mi luz" (crucero vertical de la cruz)
N.D.S.M.D.: "y que el Dragón no sea mi guía." (crucero horizontal)
En círculo, comenzando por arriba hacia la derecha:
V.R.S. : "Abajo contigo Satanás"
N.S.M.V. : "para de atraerme con tus mentiras"
S.M.Q.L. : "Venenosa es tu carnada"
I.V.B. : "Trágatela tu mismo".
PAX : "Paz"
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