Ignacio de Loyola (Loyola, 1491 - +Roma, 31 de julio de 1556) fue un soldado y sacerdote español fundador de la Compañía de Jesús, de la que fue el primer general. 

En mayo de 1521 cayó herido en combate en la batalla de Pamplona; este hecho fue determinante en su vida, ya que la lectura durante su convalecencia de libros religiosos lo llevaría a profundizar en la fe católica y a la imitación de los santos. Ya estando sano se propuso peregrinar a Jerusalén, para lo cual necesitaba llegar antes a Roma; en su viaje se detuvo en Montserrat y Manresa, donde comenzó a desarrollar sus famosos ejercicios espirituales, base de la espiritualidad ignaciana.

A su vuelta de Tierra Santa, comenzó sus estudios y a dedicarse a la predicación, basándose en el método de sus ejercicios espirituales.
Fue procesado en Alcalá de Henares y en Salamanca, y se le prohibió predicar hasta que hubiera estudiado cuatro años.
Decidió continuar sus estudios en París, donde estudió humanidades, filosofía y un año y medio de teología. Allí decidieron seguirle Pedro Fabro y Francisco Javier, entre otros.
Ignacio y sus compañeros acabaron haciendo en Montmartre un voto para vivir en la pobreza, ayudar al prójimo y peregrinar a Jerusalén o, de no ser posible, ponerse a disposición del Papa.
Debido a la guerra contra los otomanos fue imposible embarcar a Tierra Santa, por lo que Ignacio partió a Roma junto a Pedro Fabro y Diego Laínez, experimentando durante todo el viaje multitud de sentimientos espirituales y una especial confianza en que Dios les sería favorable en esa ciudad.
Ya en Roma, se dedicó a impartir sus ejercicios espirituales, pero pronto sufrió las críticas de personalidades influyentes que difundieron rumores en su contra, acusándolo de ser un fugitivo de la Inquisición. Para impedir que las acusaciones prosperasen, Ignacio quiso que se abriese un proceso formal para así ser declarado públicamente inocente. Este proceso se resolvió a su favor.​

En 1541 se designó a Ignacio como primer general de la Compañía de Jesús. Sin embargo, rechazó la designación y pidió que la votación se repitiese; volvió a ser elegido en segunda votación, aceptando finalmente su elección.

Estuvo quince años al frente de la Compañía de Jesús como general, permaneciendo en Roma. en el momento de su muerte, la Orden contaba con más de mil miembros en más de cien casas repartidas en doce provincias. 

Sus Ejercicios Espirituales, publicados en 1548, ejercieron una enorme influencia en la espiritualidad posterior como herramienta de oración y discernimiento.

Murió el 31 de julio de 1556 y su cuerpo, que fue inicialmente sepultado en la iglesia de Santa Maria della Strada, fue trasladado a la iglesia del Gesú, sede de la Compañía de  Jesús en la capital italiana.

Gregorio XV lo canonizó el 12 de marzo de 1622.​ Pío XI lo declaró patrono de los ejercicios espirituales en 1922.


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