Pedro, llamado Crisólogo (Imola, Italia, 380 o 406 - + Imola, Italia 450), fue un sacerdote italiano, arzobispo de Rávena, Padre de la Iglesia y Doctor de la Iglesia.

Su padre había sido obispo de su ciudad y, tras su muerte, fue bautizado y educado por el nuevo obispo, Cornelio de Imola.
Su vida cambió, según el historiador Agnello de Rávena del siglo IX, en el año 433, cuando murió el arzobispo metropolitano de Rávena. El pueblo y el clero de la ciudad pidieron a Cornelio de Imola que encabezara una delegación ante Sixto III para que este confirmara al candidato elegido. La noche anterior a la llegada de Pedro y Cornelio a Roma, el Pontífice había tenido un sueño en el que los santos Pedro y Apolinar de Rávena (primeros obispos de Roma y Rávena) le pidieron que no confirmara al obispo electo. Sixto III nombró entonces al joven acompañante de Cornelio como nuevo arzobispo; lo ordenó y consagró.
costumbres.

Tras ser recibido con recelo por el pueblo y el clero de esa diócesis, esta situación cambió pronto cuando empezó a conocerse por su vida recta, su clara doctrina y su fidelidad al Sumo Pontífice y a la Iglesia.
Su fama superó rápidamente los límites de su diócesis, llegando a ser conocido en todo el mundo con el apelativo de "Crisólogo".

Sus sermones y cartas comenzaron a difundirse por todo el Imperio. Se le atribuyen 725 sermones, aunque en los dos últimos siglos se han descubierto otros inéditos o perdidos.

Tras su muerte, su fama de santidad se fijó al poco tiempo. Sus virtudes fueron reconocidas por el propio León I.


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