
María de la Soledad Micaela Agustina Antonia Bibiana Desmaissières y López de Dicastillo, Vizcondesa de Jorbalán (Madrid, 1 de enero de 1809 - +Valencia, 24 de agosto de 1865), más conocida como Santa María Micaela del Santísimo Sacramento, fue una aristócrata y religiosa española, y fundadora de la congregación de Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad.
Nació en el seno de una familia de la aristocracia.
Se educó en las religiosas Ursulinas de Pau, pero al quedarse huérfana de padre en 1822 regresó al hogar familiar.
De su madre recibió una educación piadosa y de acuerdo a su clase social. De sus ocho hermanos, casi todos murieron prematuramente salvo dis de ellos; esto la obligó a ocuparse de los intereses familiares.
Aunque la pretendió el hijo del marqués de Villadarias, a la muerte de su madre en 1841 decide consagrar su vida a Dios.
Tras una visita al Hospital de San Juan de Dios, se conciencia de la lacra de la prostitución, y en abril de 1845 funda un colegio para redimir a las prostitutas.
El 12 de octubre de 1850 abandona la corte de Isabel II para vivir con sus chicas en el colegio. Tras grandes dificultades, para 1856 el colegio ha crecido, y ve la necesidad de formar una comunidad que dé estabilidad a la obra; surge así la Congregación de Adoratrices, Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad.
Micaela se convierte en la Madre Sacramento, y ese mismo año escribe las constituciones de su congregación que serán aprobadas por la Santa Sede en 1861.
Al colegio de Madrid le siguen el de Zaragoza (1856), Valencia (1858), Barcelona (1861), Burgos (1863), Pinto, filial de Madrid (1864), Santander (1865) y Guadalajara (1915).
En agosto de 1865, la Madre Sacramento al enterarse de que en Valencia estalla una epidemia de cólera, viaja hasta allí para ayudar a las religiosas y colegialas de su casa. Epidemia que acabaría con su propia vida el 24 de agosto de dicho año.
Su radio de acción trascendió los límites del Instituto: actúó también en el campo eclesial y social, unas veces a instancias de la jerarquía eclesiástica y otras movida por las circunstancias sociales que la rodeaban.
Su apostolado con la Familia Real, particularmente con la reina Isabel II, le ocupó buena parte de su tiempo en los últimos años de su vida, llamada por el confesor de la reina, San Antonio María Claret.
Fue beatificada el 7 de junio de 1925 por Pío XI, y canonizada el 4 de marzo de 1934 por Pío XI.
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