Matías (del hebreo מַתִּתְיָהוּ‎, Matityahu, en griego koiné Μαθθίας, Maththías​) fue elegido apóstol después de la muerte y resurrección de Jesús de Nazaret para sustituir a Judas Iscariote, tras su traición a Jesús y su posterior suicidio.

Clemente de Alejandría afirma que se distinguió por la insistencia con que predicaba la necesidad de mortificar la carne para dominar la sensualidad. Esta lección la había aprendido del mismo Jesucristo.
Según la tradición, predicó primero en Judea y luego en otros países.
Los griegos sostienen que evangelizó la Capadocia y las costas del Mar Caspio; que sufrió persecuciones de parte de los pueblos bárbaros donde misionó, y que obtuvo finalmente la muerte en Cólquida, antigua región de la actual Georgia.

Cuando Pedro decidió proceder a la elección de un nuevo Apóstol para reemplazar a Judas, los candidatos fueron José, llamado Bernabé, y Matías. Finalmente, la elección cayó sobre Matías, quien pasó a formar parte del grupo de los doce. Matías había seguido a Jesús como discípulo desde su bautismo hasta el día en que subió a los cielos; por esta razón, y después de la Ascensión del Señor fue puesto por los apóstoles en el lugar que había ocupado Judas para que, formando parte del grupo de los Doce, fuese testigo de la Resurrección. Por eso se le llama familiarmente el "Apóstol nº 13". 

Su llamada como apóstol es única, puesto que su nombramiento no fue hecho personalmente por Jesús, quien ya había ascendido al cielo, ni tampoco por el Espíritu Santo, ya que se hizo antes de la venida en Pentecostés.

SU ELECCION, SEGUN EL NUEVO TESTAMENTO:

 

Después de la Ascensión de Jesús, Pedro dijo a los demás discípulos:
Hermanos, en Judas se cumplió lo que de él se había anunciado en la Sagrada Escritura: con el precio de su maldad se compró un campo. Se ahorcó, cayó de cabeza, se reventó por medio y se derramaron todas sus entrañas. El campo comprado con sus 30 monedas se llamó Haceldama, que significa: "Campo de sangre".
El salmo 69 dice: "su puesto queda sin quién lo ocupe, y su habitación queda sin quién la habite", y el salmo 109 ordena: "Que otro reciba su cargo".

"Conviene entonces que elijamos a uno que reemplace a Judas.
Y el elegido debe ser de los que estuvieron con nosotros todo el tiempo en que el Señor convivió con nosotros, desde que fue bautizado por Juan Bautista hasta que resucitó y subió a los cielos".

Los discípulos presentaron dos candidatos: José, hijo de Sabas y Matías.
Entonces oraron diciendo:
"Señor, tú que conoces los corazones de todos, muéstranos a cual de estos dos eliges como apóstol, en reemplazo de Judas".

Echaron suertes y la suerte cayó en Matías y fue admitido desde ese día en el número de los doce apóstoles
(Hechos de los Apóstoles, 1).


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