

Hoy se celebra la Fiesta de San Bruno, o Bruno de Colonia, co-titular de este nuestro Oratorio.
Fue un sacerdote alemán, fundador de la orden religiosa contemplativa de los Cartujos.
Nació en Colonia (Alemania), perteneciente entonces al Sacro Imperio Romano Germánico, en el año 1030.
Siendo muy joven, dejó su ciudad natal para dirigirse a la ciudad francesa de Reims. Allí hizo estudios de trivium, cuadrivium, y teología, destacándose como un excelente alumno. Con 26 años pasó a ser el director de la Escuela de la Catedral de Reims, Francia. Fue también canónigo de la catedral de Reims, y el arzobispo de Reims lo nombró canciller-secretario de la archidiócesis.
Sintiéndose llamado a la vocación monástica abandonó Reims, y buscó un lugar solitario donde pudiera llevar una vida eremítica. Tras viajar a Molesmes, donde San Roberto (el que sería el futuro fundador de la Orden del Cister en 1098) vivía con otros monjes una vida en comunidad, decidió abandonarla al sentirse fuertemente atraído por una vida radicalmente solitaria, una vida eremítica, por lo que se iría más hacia el sur, hacia Grenoble, junto a los Alpes, atraído por la fama de santidad del obispo Hugo (San Hugo de Grenoble, a quien los cartujos consideran como cofundador de su Orden). Hugo recibe a san Bruno y a los seis compañeros que traía con él, y que serán los primeros siete monjes cartujos, simbolizados en el escudo de la Orden por siete estrellas.
Tras escucharlos los conduciría a un lugar extremadamente solitario en su diócesis: las montañas de Chartreuse. Allí, San Bruno y sus seis primeros compañeros iniciarían la forma de vida eremítica que, con el tiempo, sería la Sagrada Orden de la Cartuja. El nombre de la Orden deriva del nombre del lugar (Chartreuse, en francés; Cartusia, en latín).
Los cartujos se establecerían como una familia monástica, como una comunión de monjes solitarios para Dios: cada monje vive solo en su celda, de donde sale sólo para las vigilias nocturnas (donde se incluyen las oraciones de Maitines y Laudes), para las Vísperas, y algunos días para la celebración de la Santa Misa, por la mañana.
La Santa Misa y estas Horas principales del Oficio Divino se celebran en la pequeña iglesia conventual de piedra, mientras las celdas, de madera, se disponen unas cerca de las otras y unidas entre sí y con los espacios comunes (iglesia, capítulo, refectorio) a modo de un pequeño claustro que protegía a los monjes de las frecuentes nieves y les permitía acudir a las reuniones conventuales.

En el año 1090, después de su vida solitaria en Chartreuse, su antiguo alumno en Reims y sucesor de San Pedro, Urbano II, lo reclama a Roma para que le ayude en la prosecución de la Reforma Gregoriana, impulsada por por su antecesor, Gregorio VII, de quien la reforma toma el nombre.
Por obediencia a Urbano, Bruno deja la Cartuja y marcha a Roma, pero no termina por adaptarse al ambiente de la curia, por lo que convence a Urbano II para que confirme en él la existencia de una llamada divina a la vida monástica contemplativa vivida en total soledad. Así, al año de llegar a Roma, en 1091, Urbano II le concede el poder retirarse de nuevo a vivir una vida totalmente eremítica, pero con la condición de que no salga de Italia.
San Bruno se retira a la región de Calabria donde funda su segunda Cartuja, Santa María della Torre, recuperando así su amada soledad. Allí viviría sus diez últimos años de vida en la tierra, hasta su muerte el domingo 6 de octubre del año 1101.
Fue beatificado en el año 1514, y canonizado en el año 1623.
La iconografía le presenta vestido con el hábito blanco de los cartujos. Sus atributos son una estrella en el pecho, en recuerdo de la visión de san Hugo, quien fuera avisado por siete estrellas de la llegada de los primeros siete cartujos; la mitra y el báculo bajo los pies, símbolo de su desprecio a las jerarquías de este mundo; una calavera ante la que medita; un crucifijo arborescente, porque gracias a él la cruz de Cristo fue plantada en la soledad boscosa de la cartuja; una rama de olivo, que alude al salmo 51: "Ego sicvt oliva frvctifera in domo dei" (Yo seré como olivo fructífero en la casa de Dios).
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