DIONISIO

San Dionisio de París, también llamado el Apóstol de las Galias, el Santo sin Cabeza, o simplemente San Denis, fue el primer obispo de París, lugar donde fue martirizado junto con sus dos compañeros, Rústico y Eleuterio, durante una persecución anterior a la de Diocleciano.

Según las Vidas de San Dionisio, escritas en la época carolingia, tras ser decapitado, Dionisio caminó seis kilómetros con su cabeza bajo el brazo, atravesando Montmartre por el camino que, más tarde, sería conocido como calle de los Mártires. Al acabar de su trayecto, entregó su cabeza a una piadosa mujer descendiente de la nobleza romana, llamada Casulla, y después se desplomó. En ese punto exacto se edificó la célebre basílica de Saint-Denis en su honor. El barrio,  desde entonces, lleva el mismo nombre que la Basílica.

El nombre de Dionisio figura además en el canon de la misa en algunos de los sacramentarios más antiguos.


JUAN LEONARDI

San Juan Leonardi (Diecimo, 1541 – +Roma, 9 de octubre de 1609), fue sacerdote italiano, fundador de la Orden de Clérigos Regulares de la Madre de Dios.

Nacido en el seno de una familia de modestos propietarios de tierras, su vida parecía estar orientada hacia la profesión de boticario, pero cuando estalló una grave crisis en la ciudad, el grupo de laicos que frecuentaba, comprometidos a vivir como auténticos cristianos (llamado los "Colombini"), sintió la necesidad de acercarse más al dolor de los pobres y trabajar para ayudarlos. De ese contacto con el sufrimiento y las injusticias padecidas por los abandonados, maduró entonces en él su deseo de consagrarse a su servicio pastoral como sacerdote.
Fue ordenado en 1571.

Juan comprendió que la prioridad era la educación de los niños en la fe, por lo que inventó un método innovador de la enseñanza del catecismo tan eficaz que el obispo de Lucca decidió incluirlo en todas las iglesias de la ciudad.
Los adultos también acudían a sus lecciones, y se quedaban encantados por su forma de transmitir la Palabra.
Sus iniciativas se multiplicaron tanto que Juan vio la necesidad de ser ayudado por los laicos: así nació la Compañía de la Doctrina Cristiana, dirigida por laicos, y que en 1574 se convertiría en una institución religiosa: la Hermandad de Sacerdotes Reformados, que tomaría luego su actual nombre de Clérigos Regulares de la Madre de Dios.

Trabaja con esta comunidad en extender el culto a María, la devoción de las 40 Horas y la comunión frecuente.
Esta fundación de Clérigos Regulares de la Madre de Dios recibe la aprobación de Pablo V en 1614, aunque la regla definitiva de su comunidad no sería publicada hasta 1851.
Juan Leonardi sigue su trabajo en Roma en donde se hace amigo de San Felipe Neri.
Pablo V, viendo sus cualidades de discernimiento, lo emplea en diversas tareas delicadas como la reforma de la Congregación Benedictina de Montevergine.
Juan Leonardi funda enseguida con Jan Bautista Vives el Seminario de la Propagación de la Fe, conocido en la actualidad como la Pontificia Universidad Urbaniana.

Muere en 1609 cuando atendía a sus hermanos durante la epidemia de la influenza que cubría a Roma.
A su muerte, deja dos casas de Clérigos de la Madre de Dios: una en Lucca y la otra en Roma. Otras tres fueron abiertas en el siglo XVII.

Fue beatificado en el 10 de noviembre de 1861 por Pio IX, y canonizado el 17 de abril de 1938 por Pío XI.

Es considerado Patrón de los Farmacéuticos.


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