
Nació en Antioquía, hacia el año 349; después de recibir una excelente formación, comenzó por dedicarse a la vida ascética.
Más tarde, fue ordenado sacerdote y ejerció, con gran provecho, el ministerio de la predicación.
El año 397 fue elegido obispo de Constantinopla, cargo en el que se comportó como un pastor ejemplar, esforzándose por llevar a cabo una estricta reforma de las costumbres del clero y de los fieles.
La oposición de la corte imperial y de los envidiosos lo llevó por dos veces al destierro.
Murió en Comuna, en el Ponto, el día 13 de septiembre del año 407.
Juan contribuyó, en gran manera por su palabra y escritos, al enriquecimiento de la doctrina cristiana, mereciendo el apelativo de Crisóstomo, es decir, «Boca de oro».
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