Cornelio y Cipriano fueron dos cristianos preocupados por preservar la fe. Juntos se opusieron a los errores, confusiones y herejías que empezaron a difundirse desde los inicios de la era cristiana. Ambos murieron fruto del martirio.


cornelio

Cornelio (180, Roma - +junio de 253, Civitavecchia) fue el vigésimo primer pontífice de la Iglesia católica romana, entre los años 251 a 253.

Después del martirio de su predecesor Fabián, arreció la persecución del emperador romano Decio, lo que provocó que hubiera que esperar dieciocho meses hasta que, fallecido Decio, resultase elegido Cornelio como nuevo pontífice.
Las persecuciones de Decio habían provocado entre los cristianos un elevado número de apostasías al renunciar a su fe, y que provocarían un nuevo cisma durante el pontificado de Cornelio.

En el año 252, las persecuciones contra los cristianos se reiniciaron, y Cornelio fue desterrado a Civitavecchia por el emperador Treboniano Galo, quien al parecer le acusó de ofender a los dioses romanos y provocar con ello una epidemia en Roma.
Fue posteriormente encarcelado y falleció, tras sufrir martirio mediante decapitación, el 14 de septiembre de 253.


Su cuerpo fue trasladado en 283 a las Catacumbas de San Calixto.
Sus reliquias fueron trasladadas a una basílica encargada por León I, y luego Adriano I las llevó a la domus culta de Capracoro, donde el pontífice tenía su casa paterna.
En la época de Gregorio IV, su cuerpo descansó en la Basílica de Santa María, en el Trastevere. En ese momento parte de las reliquias fueron llevadas a Compiègne, Francia, mientras que en la segunda mitad del siglo XVIII otras partes de su cuerpo fueron trasladadas como reliquias a la Iglesia de los Santos Celso y Giuliano.
Recientemente se ha encontrado un relicario en la Iglesia de Santa María de Cappella de Roma, con la inscripción en latín de Petrus Ap., Anastasius, Melixm y Cornelius.


cipriano de cartago

Tascio Cecilio Cipriano (200 - +14 de septiembre de 258)​ fue un clérigo y escritor romano, obispo de Cartago durante los años 249 a 258). Sus fuertes habilidades pastorales, su firme conducta durante la herejía novaciana y el brote de la plaga, y su martirio en Cartago reivindicaron su reputación y demostraron su santidad a los ojos de la Iglesia.

Nació alrededor de principios del siglo III en África del Norte, quizás en Cartago,​ en el seno de una familia noble, donde recibió una educación clásica.
La fecha de su conversión al cristianismo es desconocida, pero tras su bautismo entre 245 y 248 donó una porción de su riqueza a los pobres de Cartago, convirtiéndose al cristianismo con 35 años.
Poco después de su bautismo fue ordenado diácono, y más tarde presbítero.
Entre julio de 248 y abril de 249 fue elegido obispo de Cartago por aclamación popular, tras la muerte del antiguo obispo de Cartago, Donato; cinco presbíteros se opusieron a esta elección, entre ellos Felicísimo, que más tarde llevaría a cabo una disputa con el propio San Cipriano, dando lugar al Cisma de Novato y Felicísimo.

En el año 250, el emperador Decio decretó la supresión de la cristiandad, con lo que dio comienzo la persecución a los cristianos. Cipriano huyó a un lugar desconocido acompañado de varios discípulos; y desde allí elaboró gran parte de sus escritos, además de dirigir a sus fieles con seriedad y entusiasmo, empleando a un diácono de confianza como intermediario.
A finales de 256 se emprendió una nueva persecución de cristianos en tiempo del emperador Valeriano. En África, Cipriano preparó a los fieles para el esperado edicto de persecución en su De exhortatione martyrii.
El 30 de agosto de 257, ante el procónsul romano Aspasius Paternus, se negó a realizar sacrificios a los dioses romanos, y profesó firmemente su fe en Cristo, lo que provocó que fuese desterrado a Curubis (actual Korba, Túnez). Cuando hubo transcurrido un año, fue llamado de vuelta y se le mantuvo prácticamente prisionero en su propia casa, en espera de la llegada de un nuevo edicto imperial que ordenaba la ejecución de todos los clérigos cristianos.
El 13 de septiembre de 258 fue apresado, y fue sentenciado a morir por la espada el día 14 de septiembre del año 258. La ejecución tuvo lugar cerca de la ciudad. Una gran multitud siguió a Cipriano en su último día; se quitó sus prendas, se arrodilló, y rezó.
Tras vendarse los ojos fue decapitado.

Su cuerpo, para evitar la curiosidad de los gentiles, fue retirado a un lugar próximo. Luego, por la noche, sacado de allí, fue conducido con gran veneración, entre cirios y antorchas, al cementerio situado en el camino de Mapala, junto a los depósitos de agua de Cartago.
La tradición cuenta que Carlomagno trasladó los huesos a Francia, donde en las ciudades de Lion, Arlés, Venecia, Compiegne y Roenay aseguran poseer reliquias del mártir.

Su hábil retórica latina le llevó a ser considerado como el escritor latino más destacado de la Cristiandad occidental hasta Jerónimo y Agustín de Hipona.


San Cornelio y San Cipriano son patronos de la localidad de Berberana (Burgos) y de Reliegos (León). También son patronos de la localidad de Bembrive (Vigo).


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