
Las causas que siempre se han dado para explicar por qué se han producido una producción son las siguientes: 1. El pacto con el demonio. 2. Asistir a sesiones espiritistas, a cultos satánicos o a ritos esotéricos. 3. Que un hijo haya sido ofrecido por su madre a Satanás. 4. El maleficio.
Nunca se contagia la posesión. Vivir con un poseso no supone ningún peligro de que se pegue algo de este tipo. Como se ve queda poseso el que abre una puerta al demonio.
La gente piensa que los pecados provocan la posesión, pero no, hay que abrir expresamente una puerta al demonio para que entre.
Una cosa es el pecado y otra la posesión. Lo uno no lleva a lo otro. De la misma manera que uno puede abrir la puerta al demonio aunque no sea demasiado malo, así también uno puede ser muy malo y no quedar poseso.
Puede parecer lógico que quede poseso el que voluntariamente haya abierto una puerta al demonio, pero puede parecer más extraño que alguien quede poseso por un maleficio. Es decir, por alguien que haya hecho un rito para que quede poseso o para matarle. Pero no nos olvidemos que la posesión sólo afecta al cuerpo, no al alma. Con lo cual no hay ningún problema respecto a la justicia divina.
Pues del mismo modo que alguien puede ir a la mafia para encargar la muerte de alguien, también Dios permite a veces este mal con respecto al cuerpo. La posesión sólo se producirá si Dios lo permite. No importa los ritos que se hagan para que alguien muera o quede poseso, si Dios no lo permite no pasará nada.
Y por supuesto, cuanta más vida espiritual y de oración lleve la persona más protegida estará contra todas estas influencias del maligno.
De todas maneras, que gente inocente y hasta en gracia de Dios quede posesa sin culpa no es una teoría, es algo comprobado una y otra vez desde hace siglos. Dios lo permite porque muchas veces los males del cuerpo son una fuente de bendiciones muy grande para el alma.
Y tras una posesión la persona queda mucho más agradecida a Dios y con una vida espiritual mucho más fuerte para toda la vida.
Por otro lado hay que decir que las personas que practican maleficios contra la salud de otras personas o para que queden posesas, no suelen hacerlo durante mucho tiempo, ya que este tipo de personas suelen encontrar el castigo divino muy pronto.
Pocas cosas atraen tanto el castigo divino como practicar maleficios contra otros. Este tipo de personas pueden practicar sus malas artes por poco tiempo antes de que Dios les reclame la vida y los llame a su juicio terrible.
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