Basta que haya trance o la aparición de la personalidad demoníaca para que hablemos de posesión.

Hay casos de posesión en que no habrá manifestación de fenómenos extraordinario alguno. Pero los fenómenos más frecuentes son:

 

El demonio entiende cualquier lengua, incluidas las lenguas muertas.

Obedecerá las órdenes que se le den en latín, griego, hebreo u otros idiomas al momento, con independencia de la edad o inteligencia del sujeto poseso.

Aunque no suele ser frecuente, algunas veces los posesos hablan otros idiomas, aunque suelen ser idiomas desconocidos.

 

Muestran una gran fuerza, a veces durante muchas horas. Y alguna vez incluso fuerza física claramente imposible, pudiendo levantar a varias personas a la vez.

 

También se puede dar conocimiento de cosas ocultas. Pero el hecho más extraordinario de todos, y el más infrecuente, es la levitación.


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