
Dado que el demonio toma posesión de un cuerpo y puede moverlo y hablar a través de él, muchas personas se preguntan si en tal estado podría llegar a matar.
La experiencia demuestra que el poseso en estado de trance puede hacer muchas cosas: quedarse quieto con los ojos en blanco, convulsionarse, gritar, etc. Pero normalmente no suele hacer cosas contra sí o contra otros por la sencilla razón de que Dios no se lo permite. El demonio que posee quiere hacer todo el mal que pueda, pero Dios con su voluntad pone límites que él no puede traspasar.
De todas maneras si el poseso tiene un espíritu de suicidio, entonces sí que existe un peligro real de que en ese estado de trance el demonio le impulse a tirarse desde una ventana o a clavarse algo, etc.
Los posesos que están poseídos de un espíritu de suicidio deben ser vigilados y los permisos episcopales para proceder a su exorcismo deben tramitarse con la mayor urgencia.
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