Alguna que otra vez me han preguntado qué se debía hacer si habia una absoluta ausencia de un sacerdote por encontrarse por ejemplo en territorio de misión.

Al principio trataba de capear la pregunta con respuestas del tipo: hay que conseguir llegar hasta un sacerdote. Pero los años han presentado ante mí situaciones que me han dado a entender que efectivamente hay situaciones en las que no hay posibilidad alguna de hacer llegar al posesos hasta un sacerdote. Y situaciones en que si el sacerdote llega, va a tener trabajo acumulado de años como para dedicar horas y horas a un exorcismo.

 

Para esos casos completamente excepcionales en los que se de una absoluta imposibilidad de poder obtener una ayuda ordinaria de la Iglesia, los cristianos que haya allí deben reunirse y rezar la siguiente oración, el siguiente exorcismus missionalis:

 

Señor, Dios todopoderoso, misericordioso y omnipotente. Padre, Hijo y Espíritu Santo, expulsa de él toda influencia de los espíritus malignos.

 

Padre, en el nombre de Cristo te pido que rompas toda cadena que los demonios tengan sobre esta persona.

 

Derrama sobre él la preciosísima sangre de tu Hijo. Que su sangre inmaculada y redentora quebrante toda atadura que exista sobre su cuerpo y su mente.

 

Todo esto te lo pedimos por intercesión de la Santísima Virgen María. San Miguel arcángel, intercede, ven en su ayuda.

 

En el nombre de Jesús ordeno a todo demonio que pueda tener alguna influencia sobre él, que salga para siempre. Por su flagelación, por su corona de espinas, por su cruz, por su sangre, por su resurrección, ordeno a todo espíritu maligno que salga.

 

Por el Dios verdadero, por el Dios santo, por el Dios que todo lo puede, te ordeno demonio inmundo que salgas en el nombre de Jesús, mi Salvador y Señor.

Amén.

 

Esta oración debe ser repetida cada día, durante un tiempo que puede variar de unos minutos a un cuarto de hora o media hora o incluso más tiempo.

Las oraciones a Dios pídanse con humildad, el mandato al demonio hágase con el tono de una orden. Gritar no tiene más efecto.

Si el demonio no se agita al repetirla, récese el rosario allí en grupo en voz alta. Acabado el rosario vuélvase a repetir la oración durante un rato. Si vuelve a no dar signos de agitación, vuélvase a rezar otro rosario. Lo ideal es proseguir así durante mucho tiempo.

 

Esta oración, junto al rezo del rosario, tiene la ventaja de ser una oración breve unida a un sistema sencillo de exorcizar que se puede usar también, haciendo ligeras acomodaciones, para los casos de infestaciones.

Incluso, si no es un caso de posesión, la persona lo puede usar para liberarse de influencias que provengan del demonio.

Pero no es una oración de protección, sino de expulsión. Y por tanto debe ser usada sólo por personas que sin ninguna duda tengan ese tipo de disturbios para los que está pensada.

 

En cada caso habrá que hacer en la oración los cambios pertinentes. Por ejemplo, donde se dice expulsa de él toda influencia de los espíritus malignos, habrá que decir expulsa de esta casa toda influencia

Hay que repetir que esta oración está pensada para los lugares de misión, para no dejar desamparados a aquellos posesos para los que la aplicación de las normas generales supondría una desproporción del fiel cristiano.

 

Alguien puede ver este exorcismus missionalis como una puerta abierta para que cualquiera comience a practicar exorcismos. Creo que he insistido bastante en las condiciones en las que debe ser utilizado: absoluta imposibilidad de acceder a ministros sagrados durante meses. No es propio de la caridad dejar a esa gente sin nada.

Por poner una comparación, todo medicamento debe ser dispensado con receta médica, ahora bien, qué hay que hacer si un enfermo con cálculos en el riñón está en un lugar sin médico y sin hospitales a la redonda. Así que creo que en conciencia algo habla que decir para esta gente desamparada.

Aun a riesgo de lo que se diga para ellos sea aplicado por aquellos que no estaban en esa situación. Pero el que exista el riesgo evidente de que haya gente que no se someta a las normas canónicas y haga los exorcismo cuando le de la gana, no significa que no se deba decir algo para los casos de fieles hijos de la Iglesia que se encuentren en esa penosa situación.


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