
Dado que en un proceso puede haber varios demonios, surge la cuestión de saber cuándo ha salido el último. Pues cada vez que sale un demonio la persona queda en paz, recobra la conciencia y abre los ojos. Incluso siente alegría espiritual.
El sistema para saberlo es sencillo, se trata de orar por la persona durante dos o tres minutos más. Si todavía queda un demonio dentro, la persona entrará en trance o volverá ponerse furiosa. Pero si la persona sigue consciente, se le ha de preguntar si siente algo. Si contesta que no, entonces es el momento de dar gracias a Dios. Aconsejo que todos se pongan de rodillas hacia el sagrario y agradezcan al Señor la liberación del demonio, y a todos los santos y ángeles su ayuda.
Si el sacerdote ni supiera nada de todo esto, y al salir un demonio y volver a la consciencia el poseso, pensara que ya había acabado todo cuando no es así. Tampoco sucedería nada, pues la persona le llamará diciendo que todavía tiene algunos de los síntomas que le llevaron a pedir el exorcismo. Así que simplemente tendría que reemprender las oraciones para sacar al último demonio, o a los que queden.
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