
Considero que ésta es una distinción en la que conviene profundizar y distinguir bien. Pues en este campo de las influencias se hallan la mayor parte de las personas que atiende un exorcista.
Casos de posesión hay pocos, pero casos de influencias muchos. En la influencia externa el demonio está fuera, en la influencia interna el demonio está dentro. Esa es la diferencia radical entre ambos fenómenos.
En un caso de influencia externa la persona nunca dará ningún signo. Ni entrará en trance, ni se sentirá mal, ni nada, porque está fuera. En la influencia interna sí que hay signos, porque está dentro. Es decir, cuando el sacerdote ora por la persona, ésta siente que se le mueven los párpados, se le ponen los ojos en blanco, o se le mueven las manos, o comienza a eructar, o tiene ganas de vomitar, o siente dolor en una parte del cuerpo. Se le llama influencia interna, porque al mal espíritu se le siente dentro cuando se ora por esa persona. Y además, cuando es liberada, siente a ese espíritu que va subiendo y que sale por la boca.
La influencia externa la puede padecer un santo. Ejemplo de influencia externa es el cura de Ars arrastrado por el demonio por el suelo de la habitación. Y no sólo santos, por ejemplo una persona que ve que las cosas se mueven, o las puertas que se abren. Cambia de lugar y el fenómeno le persigue. Ejemplo de influencia externa, es la noche oscura del espíritu que sufren las personas que se dedican a la oración, o una crisis de escrúpulos que puede durar meses, o terribles tentaciones de desesperación a pesar de una intensa vida espiritual.
Mientras que en la influencia el demonio está dentro, pero sin poseer. La influencia en el cuerpo produce enfermedades, la influencia en la mente es una persistente idea, temor o impulso que el demonio que está dentro introduce en la mente de la persona. Si el demonio estuviera fuera sería una tentación. Pero cuando está dentro la influencia es mucho más intensa y persistente que cuando está fuera.
Es mucho más fácil acabar con la influencia externa que con la influencia interna. En la influencia externa con pocas oraciones, del tipo que sean, el demonio se ve obligado a alejarse. A no ser que sea una influencia externa que Dios permite para edificación del alma, como es el caso de la noche oscura. En los casos en los que la influencia externa es permitida como parte de una etapa de la evolución espiritual de la persona, las oraciones no acabarán con esa influencia externa.
Para muchos sacerdotes, incluso dedicados a este campo, estos tres fenómenos (posesión, influencia externa e interna) forman un magma en el que no acaban de distinguir lo uno de lo otro. Pero si se ven muchos casos, las características de cada fenómeno aparecen perfectamente delimitadas.
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