
El demonio no está siempre haciendo el mal, muchas veces simplemente piensa. Y en ello no obra mal alguno, es un mero acto de su naturaleza.
Sin embargo, el demonio no puede hacer actos morales sobrenaturales, es decir: no puede hacer un acto de caridad, de arrepentimiento sobrenatural, de glorificación sincera a Dios, etc., ya que para realizarlos se necesita una gracia sobrenatural.
Puede glorificar a dios, pero a la fuerza, no porque quiera hacerlo.
Puede arrepentirse de haberse alejado de Dios, pero sin pedir perdón, sin dolor de haber ofendido a Dios.
Y así puede hacer otros muchos actos naturales con su inteligencia y su voluntad. Pero el demonio nunca mostrará la más mínima compasión, ni el más mínimo acto de amor hacia nadie; su corazón solo odia, es insensible al sufrimiento de los demás.
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