Estos tres términos suelen ser usados de forma bastante errónea en sermones. Sin embargo, el significado de cada uno de estos términos es preciso e inequívoco.


Natural:
Es la actuación que se adecúa al obrar de la naturaleza.
Se sobreentiende al hablar de la naturaleza que nos referimos a la naturaleza del universo material.


Preternatural:
Es la actuación que va mas allá del obrar de la naturaleza del universo material.
Lo que es fruto de la actuación de una naturaleza angélica o demoniaca es preternatural.
La palabra proviene de praeter naturam, más allá de la naturaleza.


Sobrenatural:
Es la actuación que va más allá de cualquier naturaleza creada.
Esta forma de obrar sólo es propia de Dios.


La naturaleza material puede realizar cosas sorprendentes, pero siempre según las leyes del cosmos material.
Los demonios pueden hacer levitar un objeto en el aire, transformar algo instantáneamente, etc. Ellos pueden hacer cosas que van más allá de las posibilidades del mundo material, pero no pueden actuar más allá de las leyes de su naturaleza angélica, pues no pueden todo, ni siquiera en el mundo material.
Dios, sin embargo, puede crear un órgano de la nada, un demonio no podría.


Estas diferencias también son válidas en las cosas que suceden en nuestra alma.
Por ejemplo, un paisaje bello me puede recordar la belleza de Dios, es algo natural; mientras que un ángel o un demonio pueden directamente enviar inspiraciones a mi mente.
Dios va más allá, porque puede enviar gracias espirituales (de arrepentimiento, de acción de gracias, etc.) a lo más intenso de mi espíritu. Toda la actuación de la gracia es sobrenatural; y la gracia, siempre, es enviada directamente por Dios.


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