
María Magdalena es mencionada, tanto en los evangelios canónicos como en varios evangelios apócrifos, como una distinguida discípula de Jesús de Nazaret.
Su nombre hace referencia a su lugar de procedencia: Magdala, localidad situada en la costa occidental del lago de Tiberíades y aldea cercana a Cafarnaúm.
María Magdalena formó parte del grupo de los discípulos de Jesús. Junto a la madre de Jesús, lo siguió hasta el pie de la cruz y, en el jardín donde se encontraba el sepulcro, fue la primera "testis divinae misericordiae" (testigo de la misericordia divina), y que lloró porque no había encontrado el cuerpo del Señor en el sepulcro.
Tiene el honor de ser la primera testigo de la Resurrección del Señor, la primera en ver el sepulcro vacío, que lloró porque no había encontrado el cuerpo del Señor en el sepulcro, y la primera en comprobar la verdad de su Resurrección.
Además, es precisamente en el jardín de la Resurrección donde el Señor le dice a María Magdalena: "Noli me tangere" (“No me retengas”). Es una invitación a entrar en una experiencia de fe que va más allá de toda concepción materialista y de toda comprensión humana del misterio divino; es mas bien un significado eclesial.
Precisamente porque fue la primera testigo presencial de Cristo resucitado, María Magdalena fue también la primera en dar testimonio de Él ante los apóstoles, ya que cumplió el mandato del Señor resucitado: "Ve a mis hermanos y diles...” María fue y contó a los discípulos: "He visto al Señor", y lo que le había dicho (Jn 20,17-18). Se convierte así en mensajera de la Buena Nueva de la resurrección de Cristo, porque anuncia a los apóstoles lo que ellos, después, anunciarán a todo el mundo.
María Magdalena en el Nuevo Testamento
La información sobre María Magdalena en los evangelios canónicos es escasa. Es citada en relación con cinco hechos diferentes:
Evangelio de Lucas.
María Magdalena alojó y proveyó materialmente a Jesús y sus discípulos durante su predicación en Galilea.
Se añade que anteriormente había sido curada por Jesús: "Le acompañaban los doce y algunas mujeres que habían sido curadas de enfermedades y espíritus malignos: María, llamada Magdalena, de la cual habían salido siete demonios" (Lucas 8:1-2).
Evangelios de Marcos, Mateo y Juan.
Estuvo presente con María, la madre de Jesús, otras mujeres y el discípulo amado durante la crucifixión de Jesús.
Estuvo presente en la sepultura y vio donde Jesús era puesto (Mateo 27:61 y Marcos 15:47).
Se la menciona junto a María, la madre de Santiago el menor.
En compañía de otras mujeres, fue la primera testigo de la resurrección, según una tradición en la que concuerdan los cuatro evangelios.
Después comunicó la noticia a Pedro y a los demás apóstoles.
Según un relato que solo aparece en el Evangelio de Juan, María Magdalena fue testigo ocular de una aparición de Jesús resucitado.
También el Evangelio de Marcos, menciona cortamente la aparición de Jesús resucitado a la Magdalena.
María Magdalena en los evangelios apócrifos
El Evangelio de Pedro solo menciona a María Magdalena en su papel de testigo de la resurrección de Jesús:
"A la mañana del domingo, María la de Magdala, discípula del Señor -atemorizada a causa de los judíos, pues estaban rabiosos de ira, no había hecho en el sepulcro del Señor lo que solían hacer las mujeres por sus muertos queridos-, tomó a sus amigas consigo y vino al sepulcro en que había sido depositado".
En al menos dos de los textos gnósticos coptos encontrados en Nag Hammadi, el Evangelio de Tomás y el Evangelio de Felipe, María Magdalena aparece mencionada como discípula cercana de Jesús, en una relación tan cercana como la de los apóstoles.
En el Evangelio de Tomás hay dos menciones de Mariham (logia 21 y 114), que, según los estudiosos, hacen referencia a María Magdalena.
La segunda mención forma parte de un pasaje enigmático que ha sido objeto de muy variadas interpretaciones:
"Simón Pedro les dijo: «¡Que se aleje Mariham de nosotros!, pues las mujeres no son dignas de la vida». Dijo Jesús: «Mira, yo me encargaré de hacerla macho, de manera que también ella se convierta en un espíritu viviente, idéntico a vosotros los hombres: pues toda mujer que se haga varón, entrará en el reino del cielo»."
En el Evangelio de Felipe (log. 32) es considerada la compañera de Jesús:
"Tres (eran las que) caminaban continuamente con el Señor: su madre María, la hermana de ésta y Magdalena, a quien se designa como su compañera [κοινωνος]. María es, en efecto, su hermana, su madre y su compañera."
Por último, otra importante referencia al personaje se encuentra en el Evangelio de María Magdalena, texto del que se conservan solo dos fragmentos griegos del siglo III y otro, más extenso, en copto, del siglo V.
En el texto, tres apóstoles discuten acerca del testimonio de María Magdalena sobre Jesús. Andrés y Pedro desconfían de su testimonio, y es Leví (el apóstol Mateo) quien defiende a María.
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