09.02. SAN RAINALDO DE NOCERA - SANTA APOLONIA DE ALEJANDRÍA - BEATA ANA CATALINA EMMERICK


SAN RAINALDO de nocera

Rainaldo o Rinaldo de Nocera (Postignano, nocera Umbra, Italia, 1150 - +Nocera, Italia, 1225) fue un monje italiano benedictino de descendencia germana, y obispo de Nocera.

Nacido en el castillo de Postignano, en el seno de una familia alemana de Nocera Umbra, era heredero del feudo de Postignano, por lo que tuvo una educación elevada.
Sin embargo, a los veinte años decidió consagrarse a Dios y llevar una vida eremítica en el monte de Gualdo, el "Serrasanta", célebre per la presencia de hombres que buscaban vivir «una vida eremítica perfecta».
Posteriormente se unió a los monjes camaldulenses de Fonte Avellana, para buscar la voluntad de Dios en la sujeción a un superior. Aquí se acreditó de tal modo su fama piadosa que hacia 1209 o 1212 fue nombrado prior. Sin embargo no ejerció por mucho tiempo el priorato, ya que fue nombrado por Honorio III ayudante del obispo de Nócera en ese mismo año, y que acabó ejerciendo para todos los efectos las tareas de titular de la diócesis, hasta que en 1213 quedó como titular.

Como obispo, dio un gran ejemplo de responsabilidad pastoral, no dudando en excomulgar a quienes habían profanado la iglesia de un pueblo.
Adoptó en su casa a un niño huérfano del lugar, a quien atendía con los honores correspondientes al propio Jesucristo.
Gran amigo de san Francisco de Asís, su episcopado no fue extenso, falleciendo el 9 de febrero de 1217, dejando tras su muerte una gran fama de santidad en el pueblo.
Sus restos reposan en la iglesia catedral de Nocera.


SANTA APOLONIA de alejandría

Santa Apolonia  (siglo II, Alejandría - + 249, Alejandría) fue una joven virgen, que junto a un grupo de vírgenes sufrió el martirio durante un levantamiento local contra los cristianos antes de la persecución de Decio.

Bautizada desde pequeña y educada en la fe por sus padres, en los tiempos de su juventud renunció voluntariamente al matrimonio para entregar su vida entera a Jesucristo.
Famosa por sus obras de caridad, su sólida virtud y sus retiros en oración, también prestó ayuda a la iglesia local como diaconisa.
Una horda de perseguidores la secuestraron y pretendían obligarla a blasfemar contra Jesucristo; pero como nada sale de su boca, con una piedra la destrozan los dientes. Después la llevan fuera de la ciudad amenazándola con arrojarla a una hoguera, si no apostataba de su fe. Pide un tiempo para reflexionar, recurriendo a la oración. Luego, con paso decidido y ante el asombro de sus verdugos, se introdujo en las llamas, donde murió.

Los cristianos recogieron de entre las cenizas lo poco que quedó de ella; sus dientes fueron recogidos como reliquias, que distribuyeron por diferentes iglesias.
Por eso se la considera abogada contra los males de dientes y muelas, y patrona de los dentistas.

 


 BEATA ANA CATALINA EMMERICK

La beata Ana Catalina Emmerick (Coesfeld, 8 de septiembre de 1774 - +Dülmen, 9 de febrero de 1824) fue una monja canonesa agustina, mística y escritora alemana.

Emmerick es el apellido consignado en Alemania, que procede de una localidad alemana donde vivió su familia.

Sus padres eran campesinos de extremada pobreza y marcada religiosidad.
A la edad de doce años se vio obligada a trabajar en el campo, para luego hacerlo como costurera.
Desde los cuatro años de edad venía teniendo numerosas visiones y mociones espirituales que ella encajaba con total inocencia hasta que cierto día se enteró, sorprendida, de que las demás niñas de su aldea no hablaban con sus ángeles de la guarda.
Desde su más tierna infancia conocía las callejuelas de Nazaret, Belén y Jerusalén mejor que las de su propia aldea natal; recordaba perfectamente el día de su propio bautismo, y entendió desde el primer momento de su vida el latín litúrgico.

Una vez cumplidos los veintiocho años, ingresó en el convento agustino de Agnetenberg, en Dulmen. Pero su celo y entusiasmo pronto incomodaron al común de sus hermanas, que, al no comprender los éxtasis en los que entraba cuando estaba en la iglesia, en su celda o mientras trabajaba, la trataban con cierta antipatía.
Cuando la Revolución francesa suprimió su convento en 1812, se vio obligada a buscar refugio en la casa de una viuda pobre.

En 1813 quedó postrada en cama. Fue poco después cuando el famoso poeta Klemens Brentano la visitó.
Para su asombro, ella lo reconoció y le dijo que él había sido elegido como el hombre capaz de ayudarla a que se cumpliera el mandato de Dios; concretamente, que escribiera sus visiones por el bien de innumerables almas la revelación que Él le había hecho.
En 1833 aparecieron los primeros escritos de Brentano: "La dolorosa Pasión de Nuestro Señor Jesucristo de acuerdo a las meditaciones de Anne Catherine Emmerich".
Brentano preparó para su publicación el trabajo "La vida de la Santísima Virgen María", pero no apareció hasta 1852 en Múnich.

Anne murió el 9 de febrero de 1824 en la localidad alemanda de Dülmen.
Un rumor acerca del robo del cuerpo fue la causa de que se abriera su tumba seis semanas después de su muerte. El cuerpo fue encontrado fresco, sin ningún signo de corrupción.
En 1892, por mediación del obispo de Münster, se abrió el proceso de su beatificación.

Aunque sus escritos no son parte del Magisterio de la Iglesia ni sustituyen a la Revelación contenida en las Escrituras, han sido frecuentemente utilizados como una narración piadosa que puede servir a muchos para entender el peso de nuestros pecados y la grandeza del sacrificio que hizo Jesús por nosotros.
Desde su aparición, los escritos de Ana Catalina Emmerich han cautivado a todos aquellos que se han acercado a ellos. Su característica principal es la profusión de detalles al relatar la vida en la tierra de Cristo y de la Virgen María; aunque quizá el rasgo más sobresaliente sea la sencillez y claridad, casi infantil, de la propia autora.


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