
(*[1]) En la Sagrada Escritura (Dan 3,55) se nos ofrece este magnífico versículo:
Bendito eres tú, que sentado sobre querubines sondeas los abismo:
a ti gloria y alabanza por los siglos.
¿Qué significado puede tener esta afirmación de que El está sentado si es espíritu? ¿Qué necesidad tiene de sondear nada? Evidentemente el lenguaje es antropomorfo. Dios lo conoce todo perfectamente y no necesita sentarse en ningún sitio. De ahí que hay un significado interno en estas palabras, un significado que va más allá de las mismas palabras. En mi opinión lo que quiere expresar es que Dios está rodeado del amor de sus querubines y serafines.
Querubín vendría a significar poderoso. Serafín significaría ardiente.
Yahveh rodeado el inmenso y poderoso ardor del amor de sus serafines y querubines sondea los abismos.
No un abismo, sino los abismos. El abismo del amor y el abismo del odio. El conocimiento de Dios contempla una y otra vez hasta donde ha llegado el poder de la luz y la bondad, hasta qué simas ha descendido la iniquidad. Por toda la eternidad, por los siglos de los siglos, ante El, ante su trono, están antes su vista ambas simas. Una sima la ha llenado a rebosar con su agradecimiento. La otra sima es un abismo de tinieblas donde reina la muerte.
Que Dios se apiade de nosotros.
Kyrie eleison.
[1] Estrictamente hablando esta cuestión debería ir en el grupo de las cuestiones relativas a la Sagrada Escritura, y no en el grupo de cuestiones relativas al mal en abstracto. Sin embargo, expresamente el autor escogió esta cuestión para coronar el edificio teológico de este tratado.
Algunos se han preguntado si tiene algún simbolismo el que haya 164 cuestiones en el libro, si simboliza algo este número. No significa nada. Si al menos fueran 165 cuestiones, entonces sí. Pues 1+6+5=12, número bíblico por excelencia. Pero falta una cuestión para alcanzar ese número. Todavía ando buscando esa cuestión. Quizá esa es la gran cuestión que me falta.
[añadidura a esta nota] Hay que explicar que esta cuestión 164 era la cuestión final con que acababan las anteriores ediciones de este tratado. Tras ésta no había ninguna más. Como posteriormente se han añadido nuevas cuestiones, la razón de ser de la nota superior ha quedado un poco… difusa.
Y digo “difusa” por no decir “sin sentido”. También cabe la posibilidad de que algunos consideren ahora a la nota cargada de un sentido superior.
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