
San Juan de la Cruz, cuyo nombre secular era Juan de Yepes Álvarez y su primera identificación como fraile Juan de Santo Matía (Fontiveros, 24 de junio de 1542 - +Úbeda, 14 de diciembre de 1591), fue un religioso y poeta místico del Renacimiento español.
Hijo de una pareja pobre de la vieja Castilla, a los 18 años y ya al final de su formación salía del Colegio de los Jesuitas de Medina del Campo, donde había estudiado ciencias humanas, retórica y lenguas clásicas.
Enseguida se dio el encuentro con Teresa de Jesús que cambio la vida de ambos. Juan la conoció de sacerdote y enseguida fue involucrado y fascinado por su plan de reforma del Carmelo, también en la rama masculina de la Orden. Trabajaron juntos compartiendo ideales y propuestas y juntos inauguraron la primera casa de Carmelitas Descalzos, en 1568 en Duruelo, en la provincia de Ávila. Fue en esa ocasión que, formando junto a otros la primera comunidad masculina reformada, San Juan adoptó el nuevo nombre, “de la Cruz”, con el cual sería conocido universalmente.
Hacia finales de 1572, por petición de Santa Teresa, Juan de la Cruz se hizo confesor y vicario del monasterio de la Encarnación de Ávila, donde la Santa era priora.
Pero la adhesión a la reforma implicó al Santo la encarcelación por diversos meses a causa de acusaciones injustas. Logró escapar gracias a la ayuda de Santa Teresa, y después de haber recuperado las fuerzas inició un largo camino de encargos, hasta su muerte después de una larga enfermedad y sufrimientos.
San Juan se despidió de sus hermanos mientras recitaba el Oficio matutino en un convento cerca de Jaén, entre el 13 y 14 de diciembre de 1591. Sus últimas palabras fueron:
“Hoy voy a cantar el Oficio en el cielo”.
Nueve meses después de su muerte, el Convento de los Carmelitas Descalzos de Segovia reclama los restos y se inician los pleitos entre Úbeda y Segovia por su posesión, pero no será hasta un año más tarde (1593) cuando su cuerpo es despojado y los restos, mutilados, se trasladan clandestinamente a Segovia, en cuyo Convento de los Carmelitas Descalzos reposan actualmente.
Junto con Santa Teresa de Jesús, se le considera la cumbre de la mística cristiana española.
Es uno de los 36 Doctores de la Iglesia de Occidente.
Fue beatificado por el Papa Clemente X en 1675, y canonizado por el Papa Benedicto XIII en 1726.
su relación con santa teresa de JESÚS
Su insatisfacción con el modo de vivir la experiencia contemplativa en el Carmelo le hacen considerar irse a la Cartuja, a la Orden fundada por San Bruno, pero en 1567 regresa a Medina del Campo para ser ordenado sacerdote y celebrar su primera Misa en presencia de su hermano, familia y amigos del convento. Allí conoce a Teresa de Cepeda y Ahumada, la cual había llegado a la ciudad para fundar un nuevo convento masculino dentro de su "Reforma carmelitana", los llamados Carmelitas Descalzos. Teresa convence a Juan y lo une a la causa de Reforma de su Orden, acompañándola en su fundación femenina del Carmelo de Valladolid.
El 28 de noviembre de 1568 funda en Duruelo (Ávila) el primer convento de la rama masculina del Carmelo Descalzo, siguiendo la "Regla Primitiva de San Alberto" (un establecimiento que propugna el retorno a la práctica original de la orden). Es entonces cuando cambia su nombre por el de fray Juan de la Cruz.
En el año 1570 la fundación se trasladó a Mancera (Salamanca), donde Juan desempeñó los cargos de Subprior y Maestro de Novicios.
En el año 1571 se establece en Alcalá de Henares (Madrid) como Rector del recién fundado Colegio Convento de Carmelitas Descalzos de San Cirilo. Juan se convierte en uno de los principales formadores para los nuevos seguidores a esta reforma carmelitana.
En 1572 viaja, invitado por Teresa, al Convento de la Encarnación, en Ávila, donde asumiría las tareas de Vicario y confesor de las monjas del convento.
Permanecería allí hasta finales del año 1577, acompañando a la Madre Teresa en la fundación de diversos conventos de Carmelitas Descalzas, como el de Segovia.
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