CATALINA DE ALEJANDRÍA, MÁRTIR
Catalina de Alejandría (285 o fines del siglo III; Alejandría, Egipto - +25 de noviembre de 303 o comienzos del siglo IV; Alejandría, Egipto) fue una mártir cristiana del siglo IV.
Nacida en el seno de una familia noble, Catalina fue dotada de una gran inteligencia, destacó muy joven por sus extensos estudios, que la situaron al mismo nivel que poetas y filósofos de la época.
Movida por la fe cristiana, se bautizó.
Su vida está enmarcada en el siglo IV, cuando Maximino Daia era Augusto del Imperio de Oriente. Éste acudió a Alejandría para presidir una fiesta pagana, ordenando que todos los súbditos hicieran sacrificios a los dioses. Catalina entró en el templo pero, en lugar de sacrificio, hizo la señal de la cruz; y dirigiéndose al emperador lo reprendió, exhortándolo a conocer al verdadero Dios.
Conducida a palacio, ella reiteró su negativa a hacer sacrificios, y le propuso un debate que él perdió, por lo que la mantuvo presa. Ordenó entonces llamar a los sabios del imperio para que debatiesen con ella y la refutaran pero, a lo largo de la prueba, los sabios se convirtieron al cristianismo, lo que provocó la ira del emperador, quien los condenó a todos a ser ejecutados en la hoguera. Estos sabios, dado que acababan de convertirse, tuvieron miedo de morir sin ser bautizados, por lo que Catalina les bautizó antes de la ejecución.
Después Majencio volvió a tratar de convencer a Catalina con promesas para que abandonase su fe; pero al no lograrlo mandó azotarla y encerrarla en prisión. Allí fue visitada por la propia emperatriz y por un oficial, Porfirio, quien también terminó por convertirse junto con otros doscientos soldados.
El emperador ordenó entonces que torturaran a Catalina utilizando ello una máquina formada por unas ruedas provistas de unas cuchillas afiladas. Según el documento de la "Passio", las ruedas se rompieron al tocar el cuerpo de Catalina, quien salió ilesa, mientras que las piezas sueltas por la máquina reventada mataron a algunos de los que estaban presentes en la ejecución.
La emperatriz nuevamente trató de interceder a favor de Catalina, pero esto enfadó más al emperador, que castigó a la emperatriz.
Mandó decapitar a Catalina, pero de la herida no salió sangre, sino leche.
Su cuerpo fue trasladado al monte Sinaí. En este lugar, en el siglo VI, el emperador Justiniano fundó un monasterio que, originariamente, se llamó "monasterio de la Transfiguración", pero que posteriormente fue dedicado a la memoria de esta santa mártir: el Monasterio de Santa Catalina del Monte Sinaí.
Los monjes de este monasterio encontraron sus restos hacia el año 800 en una gruta de la montaña, momento a partir del cual el monasterio custodió sus reliquias y se convirtió en un importante centro de peregrinación.
En la iconografía religiosa, se la representa con los atributos de la palma, la espada y la rueda arpada, todos ellos indicativas del martirio; la corona, por alusión a su realeza; y el libro, como símbolo de sabiduría.
Es la patrona de Filósofos, estudiantes, sombrereros, barberos, y oficios relacionados con las ruedas.
En España, Catalina de Alejandría es patrona en:
- Villamarchante (provincia de Valencia)
- El Granado (Huelva)
- Alcollarín (Cáceres)
- Navalvillar de Pela (Badajoz)
- El Real de San Vicente (Toledo)
- Portonovo (Pontevedra)
- Berlanga de Duero (Soria)
- Jaén (Jaén)
- Espeluy (Jaén)
- Riolobos (Cáceres)
- Villacorta (León)
- Villacorta (Segovia)
- Monóvar (Alicante)
- Majadahonda (Madrid)
- Souteliño (Laza) (Orense)
- Tacoronte (Tenerife)
- Viñols y Archs (Tarragona)
- Torroella de Montgrí (Gerona)
- Ruguilla (Guadalajara)
- Domeño (Valencia)
- Universidad de Oviedo[11]
- Conil (Cádiz)
- Villamarchante (Valencia)
- Aras de los Olmos (Valencia)
- El Granado (Huelva)
- Barrio de Santa Catalina; Pinoso (Alicante)
- Arenas (Málaga)
- Alía (Cáceres)
- Tórtola de Henares (Guadalajara)
BEATA MARGARITA DE SABOYA-ACAYA
Margarita de Saboya (Fossano, Italia; 1382 - +Alba, Italia; 23 de noviembre de 1464) fue una monja italiana dominica, y marquesa de Monteferrante.
En 1403 fue dada en matrimonio a Teodoro Paleólogo, marqués de Monteferrante, viudo y con tres hijos.
Margarita no tuvo hijos, pero atendió a sus hijastros con verdadera solicitud, al igual que no sólo a su hogar y a su servidumbre, sino a todos los habitantes del marquesado, a quienes consagró sus trabajos y su abnegación, sobre todo durante la epidemia de peste y el hambre que la siguió en toda la región de Génova.
El marqués de Monteferrante murió en 1418. Margarita consagró su tiempo a arreglar satisfactoriamente las infortunadas desavenencias conyugales de su hijastra y, una vez restablecida la concordia, se retiró a vivir en sus posesiones de Alba, en el Piamonte, luego de hacer voto de conservar su estado de viudez y de consagrarse a las buenas obras.
Habiendo conocido y escuchado en su juventud a San Vicente Ferrer, , en 1441 funda en su propia casa de Alba el monasterio de clausura de Santa María Magdalena. La retirada vida de oración, estudio y obras de caridad se prolongó durante veinticinco años.
Eugenio IV, Pontífice reinante por entonces, autorizó a las hermanas terciarias de Alba a profesar como monjas en la misma casa que habitaban y bajo la regla de Margarita.
En el curso de sus últimos dieciséis años de vida de ésta tuvo numerosos éxtasis y obró muchos milagros.
Fue por entonces cuando tuvo una visión de Nuestro Señor que le ofrecía tres flechas, cada una de las cuales ostentaba una inscripción que decía: Enfermedades, Difamación, Persecución, las cuales ella debió aceptar, dado que Margarita padeció las tres calamidades.
Acusada de hipocresía y de gobernar con una tiranía insoportable a sus monjas, Felipe Visconti, un antiguo enamorado que nunca consiguió su propósito de casarse con ella tras enviudar, se encargó de propalar los rumores de que el convento de Margarita era el centro de propagación de las herejías de Walden.
También se formuló un cargo en contra de los frailes de Santo Domingo y, a raíz del mismo, el confesor y director espiritual de la comunidad de Margarita fue encarcelado. La propia Margarita acudió a solicitar su liberación, donde se desarrolló una patética escena a las puertas de la celda; puerta que los carceleros cerraron sobre las manos de Margarita para aplastárselas brutalmente.
Pasó bastante tiempo antes de que el fraile dominico fuese reivindicado de la acusación de haber corrompido la fe y la moral de las monjas que estaban a su cargo.
Murió en Alba el 23 de noviembre de 1464 consolada con una visión de Santa Catalina de Sienna, la misma que presenciaron otras religiosas además de ella.
Su cuerpo se venera en la iglesia de Santa María Magdalena. Su culto fue confirmado en 1669.
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