San Martín de Tours (Sanctus Martinus Turonensis en latín), San Martín Caballero, o San Martín de Loba (Sabaria, Panonia; actual Szombathely, Hungría, 316 - +Candes, actual Candes-Saint-Martin, Francia, 397), fue un obispo católico francés y patrono de numerosas localidades.

Crece en Pavía porque a su padre, veterano del ejército, le había sido donado un terreno en aquella ciudad. Sus padres eran paganos, pero Martín sentía curiosidad por el cristianismo y, ya a la edad de 12 años, deseaba hacerse asceta y retirarse en el desierto.
Un edicto imperial obligó a Martín a enrolarse en el ejército, y alrededor del año 335 terminó acuartelado en la caballería romana en la Galia, pero abandonó el servicio militar en algún momento antes del año 361, cuando va a Poitiers para encontrarse con el Obispo Hilario, firme adversario contra la herejía del arrianismo, y que le costó el exilio a éste (por ser el emperador Constancio II un secuaz de Arrio). Martín, al conocer la noticia se retira en una ermita cerca de Milán.
Una vez que el obispo regresó de su exilio, Martín vuelve a encontrarse con él y obtiene su autorización para fundar un monasterio cerca de Tours.
Reza y anuncia la fe recorriendo Francia, donde muchos aprenden a conocerlo.
En el año 371 llega a ser obispo de Tours, gracias a su popularidad. Aceptó el nombramiento, pero rechaza vivir como un príncipe mientras que la gente que está en la miseria, los presos y los enfermos sigan encontrando una techo donde cobijarse, por lo que vive adosado a las murallas de la ciudad, en el monasterio de Marmoutier, el más antiguo de Francia. 

Como obispo, fue importante en la supresión de los restos de la religión galorromana, si bien se opuso a la persecución violenta contra la secta ascética priscilianista.

Se le recuerda particularmente por el relato según el cual usó su espada para cortar su capa en dos para darle la mitad a un mendigo que vestía solo trapos en medio del invierno.

Su santuario en la ciudad de Tours se convirtió en un punto de parada famoso para los peregrinos que se dirigían a Santiago de Compostela en España.

En el año 397, en Candes-Saint-Martin, con 80 años, parte para recomponer un cisma surgido en el clero local.
Logra la paz en virtud de su carisma, pero antes de partir padece fiebres violentas y fallece poco después fruto de ellas.
A sus exequias asistió una muchedumbre que lo reconoció como hombre muy amado, generoso y solidario, como los verdaderos caballeros.
Al poco tiempo, se levantó una capilla sobre su sepulcro y, con el tiempo, se construyó una basílica. Esta fue destruida por los normandos en el siglo V, luego reconstruida y después nuevamente destruida por los hugonotes en 1526.
La actual basílica de San Martín de Tours fue inaugurada en 1925.

El culto a Martín de Tours fue revivido en el nacionalismo francés durante la Guerra francoprusiana de 1870 y 1871, y en consecuencia se le consideró un santo patrono de Francia durante la Tercera República francesa.

Se trata de un santo enormemente popular. La misma palabra «capilla» procede de la popular leyenda que acompaña siempre a este santo en toda su iconografía.

Icono ortodoxo de San Martín de Tours


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