
San Vicente de Paúl (Pouy, actualmente llamado Saint-Vincent-de-Paul, Landas, Francia; 24 de abril de 1581 o Tamarite de Litera, Huesca, España; 24 de abril de 1576 - +París, 27 de septiembre de 1660) fue un sacerdote francés y una de las figuras más representativas del catolicismo en Francia del siglo XVII.
No se sabe con seguridad su lugar de nacimiento, que está discutido entre Pouy y Tamarite de Litera (no existe registro de su nacimiento ya que la inscripción de partidas no se inició hasta 1648).
Era el tercero de seis hermanos. La modesta condición de la familia hizo que, siendo niño, Vicente tuviera que trabajar de pastor de ovejas y cerdos.
Pronto dio muestras de una inteligencia despierta, lo que llevó a su padre a pensar que podía hacer una carrera eclesiástica. Cursó estudios primarios y secundarios en Dax, y posteriormente filosofía y teología en Toulouse durante siete años. Estudió también en Zaragoza.
Fue ordenado sacerdote muy joven, a los veinte años, con la intención de ser párroco de inmediato y así poder ayudar a su familia.
Abrió una escuela privada pero contrajo muchas deudas.
Además, durante un viaje en barco de Marsella a Narbona, su barco fue atacado por piratas; fue hecho prisionero y vendido como esclavo en Túnez.
Consiguió recuperar su libertad y volver a Francia dos años después gracias a su tercer amo, que poco a poco se había convertido al cristianismo.
En 1612 finalmente le fue confiada la parroquia de Clichy, en las afueras de París. Esta misión le permitió conocer al cardenal Pierre de Bérulle, que sería su padre espiritual durante muchos años.
Al año siguiente se convirtió en tutor de los niños de los marqueses de Gondi, donde permaneció por cuatro años. Fue aquí donde Vicente se dio cuenta por primera vez de la enorme brecha entre ricos y pobres, tanto desde el punto de vista material y social, como cultural y moral. Sus preocupaciones fueron compartidas por la marquesa Gondi, que puso a su disposición una gran suma de dinero para establecer una misión de predicación de cinco años entre los campesinos de sus tierras. Vicente, sin embargo, no encontró otros sacerdotes que le apoyaran en esta tarea y desistió, dejando temporalmente el castillo y yendo a trabajar en la parroquia rural de Chatillon-le-Dombez. Aquí, el contacto con la miseria de los campesinos lo sacudió aún más profundamente.
Como primer acto de párroco, Vicente se hizo cargo de una familia enferma que no tenía nada que comer, organizando con éxito una cadena de solidaridad entre los feligreses. Sin embargo, se dio cuenta de que una vez la limosna se hubiera acabado, la familia volvería a la indigencia; por lo que el 20 de agosto de 1617 creo una organización que, a largo plazo, sirviese a esta y otras familias necesitadas de la zona. Fue la primera célula de la "Caridad Vicentina".
Para ocuparse de ella, y como imponía la sociedad de entonces serán sólo mujeres, llamadas "Siervas de los pobres".
La asociación creció en un tiempo récord, obteniendo la aprobación del Obispo de Lyon.
Vicente comprendió que era el amor lo que movía todas las cosas, y eligió dedicarse enteramente a transmitir a los demás, al menos, algo de ese amor con el que se sentía profundamente amado por Dios.
Vicente regresó al castillo de Gondi, pero sólo para ocuparse de la promoción humana y material de los campesinos.
Luego se trasladó a París, una de las ciudades entonces donde las diferencias sociales eran mayores, donde sintió que debía intervenir. Pronto muchas mujeres nobles deseosas de hacer obras de caridad y de contribuir económicamente, buscaron a Vicente: nacieron así las "Damas de la Caridad".
En 1633, Vicente fundó una Congregación femenina muy innovadora para la época: las Hijas de la Caridad, que no serían monjas alejadas del mundo y dedicadas a la contemplación, sino hermanas de "los últimos", que vivirían junto a ellos en el mundo y los atenderían diariamente.
Aún hoy las Hijas de la Caridad son la familia religiosa femenina más grande de la Iglesia.
El trabajo de Vicente no se limitó a las nuevas religiosas.
Ya en 1618 había empezado a predicar la Palabra de Dios en los pueblos y muchos sacerdotes se habían unido a él, creando una nueva comunidad que gozaba del apoyo económico de la familia Gondi: la Congregación de la Misión, más tarde llamada la Congregación de los Lazaristas. Vicente se dio cuenta de que la ignorancia de los campesinos también se asociaba a menudo a una mala preparación de los sacerdotes que debían ocuparse de ellos: por eso se comprometió también en la formación del clero, promoviendo ejercicios espirituales y dando vida a las "Conferencias de los martes": encuentros en los que los sacerdotes relataban sus experiencias de apostolado activo y se motivaban mutuamente para ser fieles a su vocación a la santidad.
Falleció en París el 27 de septiembre del año 1660. Sus restos se conservan en la Capilla que lleva su nombre, ubicada en el número 95 de la Rue de Sèvres de París, que además es la sede actual de los sacerdotes lazaristas de la Congregación de la Misión.
Es patrón desde el año 1883 de todas las asociaciones de caridad, instituido como tal por León XIII, con motivo del 50 Aniversario de la fundación de las Conferencias de San Vicente de Paúl (SSVP), y precursor del trabajo social.
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