No, el mal siempre se asienta en un ente, siempre se trata de la degradación de un ser concreto.

El mal no existe en sí mismo como ente. No existe la esencia del mal como ser. No existe el mal en estado puro. El mal existe siempre en una medida, la medida de la deformación, y por tanto siempre es limitado. Por eso es imposible que exista un Dios del Mal.

El concepto de Ser Infinito puede existir, no tiene contradicción en sí mismo. Pero el concepto de mal, puesto que es una carencia, no puede existir de un modo infinito.

 

Reflexionando sobre esta cuestión al escribir estas páginas me pregunté algo que nunca se me había planteado: lo mismo que existe un Ser Infinito, ¿no podría existir un Ser Infinito pero que se hubiera deformado infinitamente?

Sólo un Ser Infinito admitiría una deformación infinita, una infinita degradación de todo su ser ilimitado. Eso es así.

 

El problema es que para degradarse ese Ser Infinito debería desear algo desordenado. Y el Ser Infinito al tener toda la plenitud del Ser nada puede desear fuera de sí. Luego para Dios es imposible la tentación.

Dios no puede pecar, porque nada puede atraerle hacia el mal. Dios no puede desear nada fuera de sí.

Así que la posibilidad de una carencia infinita en un ser infinito sea metafísicamente imposible.


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