
Hay dos grandes tipos de demonios que provocan dos tipos distintos de posesión. Los clausi y los aperti.
Los demonios clausi hacen que el poseso cierre los ojos al entrar en trance, bajo los párpados los ojos están en blanco.
Los demonios aperti provocan una posesión en cuyos trances el poseso está con los ojos abiertos, mirando con furia y odio y hablando locuazmente.
Los aperti son locuaces y violentos, y hay que sujetarlos entre varios de los presentes. Los clausi solo gritarán al cabo de un rato y siempre sin abrir los ojos. Los clausi al cabo de un rato de oraciones hablan, pero otros son completamente mudos, entran en trance pero no dicen nada.
Un tercer tipo de demonios serían los demonios abditi, es decir, los ocultos.
Se sabe que están ahí, dentro del cuerpo de los posesos, porque alguna vez se han manifestado indubitablemente. Pero después algunos se ocultan sin dar la menor seña de su presencia.
Estos demonios abditi una vez que se manifiesten, lo harán como demonios clausi o aperti.
He dicho antes que son distintos tipos de demonios, pero en realidad, para ser preciso, habría que decir que los calificamos así según sea su modo de reaccionar durante el exorcismo.
Los calificamos así según su reacción, pero sin llegar a penetrar en la esencia de lo que les distingue.
Aunque sean distintos tipos de demonios el modo de proceder del sacerdote con ellos, al comienzo será el mismo, sea el tipo que sean. Después ya se irá viendo que es lo que atormenta a cada uno de un modo más específico y se insistirá en ello especialmente.
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